«Ya han amenazado a amigos míos con bajarles el sueldo»

Javier trabaja en una gran empresa del sector aeronáutico y no ha notado directamente los efectos de la reforma laboral, pero ha acudido a la manifestación porque piensa que las cosas se pueden hacer de otra manera. «Tengo amigos y familiares en empresas pequeñas que están cada vez peor y la reforma facilita su despido. A algunos ya les han amenazado con bajarles el sueldo y con despedirles si faltan más de nueve días al trabajo en tres meses». Javier reconoce que la manifestación no es masiva y se lo explica por el puente de mayo, el mal tiempo (llueve) y porque «quizás la gente esté un poco cansada de tantas movilizaciones». También apunta que «se está fomentando la represión y pueden tener miedo de venir a las manifestaciones». Javier ha venido con su hijo de pocos años a la marcha. Asegura que ya se están notando los recortes en educación y que el año que viene al pequeño «le quitan el aula de psicomotricidad y la sala de profesores, que servía de sala de formación, biblioteca y almacén». Para este joven ingeniero, los ajustes buscan transferir recursos públicos al sector privado. Y que los pensionsitas paguen un porcentaje del coste de sus medicinas es solo «un primer paso».