Sociedad

Madres con 39 minutos de tiempo libre

Las españolas invierten esos momentos de relax en familia mientras las europeas lo invierten en ellas

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las madres españolas tienen poco tiempo libre y el que disponen lo dedican a disfrutar con sus hijos, otros familiares y, en tercer lugar, con los amigos. Solo tienen 39 minutos al día que son más para los demás que para ellas mismas, según un estudio que ha patrocinado la multinacional P&G y que recoge las opiniones de casi diez mil madres europeas. Este tiempo se sitúa por debajo de la media europea (48 minutos). Tan solo las madres de Francia y Portugal cuentan todavía con menos tiempo, frente a las finlandesas, que son las que disponen de más, con 69 minutos diarios. «El resto de las europeas se lo dedican a ellas, a hacer lo que quieran», recalcó la psicóloga Alejandra Vallejo-Nájera.

Este uso del tiempo también se debe al peso social que tiene la unidad familiar en España, mucho más que en los países centroeuropeos, donde se reduce prácticamente a abuelos, padres y nietos. «La familia es un clan. Evita el aislamiento y la soledad de muchas personas. Y eso es bueno. No hay que olvidarlo», explicó la doctora y escritora de libros de divulgación. Además del tiempo libre que las progenitoras dedican de forma voluntaria a sus descendientes, las madres españolas suelen estar con ellos una media de 4,7 horas al día para bañarlos, llevarlos al colegio o haciendo la comida, entre otras tareas.

Además, la mitad de ellas no se ven como amas de casa, sino más bien como administradoras familiares, un papel polifacético que va más allá. Ambos roles son significativamente inferiores en madres jóvenes (entre los 18 y los 25 años): al iniciar la maternidad a una edad más temprana no han tenido tiempo de adquirir una formación y una posición que les permita identificarse con estos modelos. Este rol ha variado porque las mujeres consideran que llevan una vida más plena al trabajar fuera de casa y solo una de cada diez cree que la integración de vida laboral y familiar merma la atención que las madres ofrecen a su familia.

Flexibilidad

Sin embargo, el empleo también tiene un problema: su rigidez. Casi la mitad considera que un horario profesional que se adaptase mejor a sus necesidades personales repercutiría en su trabajo personal. Como segunda ayuda a la maternidad estarían las subvenciones públicas, seguidas de ayudas en tareas domésticas, vivir más cerca de la familia, mayor sensibilidad por parte de la sociedad y una paridad en los permisos de paternidad. Por otra parte, la formación, tanto académica y personal, también ha hecho que se retrase la edad de la maternidad hasta la treintena, siete años más que unas generaciones anteriores. El 48% de las mujeres españolas desean cuidar, atender y educar a sus hijos con plena atención, pero al mismo tiempo quieren que su rendimiento en el trabajo no se resienta debido a los compromisos familiares, mientras que el 15% asegura tener una vida completa al compaginar ambos mundos.

Además, esta situación ha provocado que muchas mujeres se sientan culpables por trabajar a tiempo completo. En una escala del 1 al 10, las españolas fijan su grado de culpabilidad en 4,8, dos décimas por encima de la media europea. Asimismo, este informe destaca que la crisis no ha mermado las ganas de repetir como madre, aunque cuatro de cada diez coinciden en señalar que la actual coyuntura económica hace muy difícil serlo. «A partir de los 30, un porcentaje muy importante de mujeres coloca ser madre como principal objeto de sus vidas», apuntó la doctora Vallejo-Nájera, quien destacó que hay un comportamiento muy parecido en los trece países analizados.

Las madres europeas sí han visto un cambio sustancial en la actitud de sus parejas. Nueve de cada diez mujeres españolas perciben «un cambio en el rol del padre», ahora más involucrado en el cuidado del hogar y los hijos que la generación anterior.

Los motivos de estos cambios de conducta están en la renovación de la sociedad española (45%), cambios muy concretos de los padres (32%), la adaptación al rol de mujeres trabajadoras (16%) o unos horarios laborales más flexibles (6%). No obstante, y aunque se ha avanzado mucho en las tareas domésticas en común, la colaboración sigue siendo escasa por parte de los hombres.