Anthony 'The Cheeseman' DiNunzio. :: R. C.
MUNDO

Golpe a la mafia italoamericana de Nueva Inglaterra

La Policía detiene en Boston a Anthony DiNunzio, el 'Jefe' de la organización que controlaba Rhode Island y Massachusetts

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Tienen frases de película y parecen salidos de 'El Padrino' o 'Los Soprano', pero dan a la Policía trabajo real. La mafia de Nueva Inglaterra volvió a quedarse huérfana el miércoles por segunda vez en año y medio, pero para quienes vean en la detención de Anthony DiNunzio una oportunidad de quedarse con su puesto y convertirse en el 'Jefe', el fiscal Peter Neronha tiene una advertencia muy seria que también suena a película: «El crimen organizado siempre se cree invencible pero el brazo de la ley llega más lejos que el suyo».

DiNunzio, de 53 años, hermano pequeño del famoso capo Carmen, sucedió a Luigi Manocchio, alias 'El niño de la Chabola', cuando fue condenado por extorsión a los 84 años, y éste a su vez seguía los pasos de otros jefes que le habían precedido en prisión. En total DiNunzio es el sexto 'Jefe' de Rhode Island y Massachusetts que va a parar a la cárcel, pero por algún motivo cree que será capaz de mantener el control desde su encierro. «Que nadie se equivoque: aunque me metan en el talego seguiré siendo el 'Jefe', pase lo que pase», dijo en una de las conversaciones que le grabó el FBI. Manocchio también lo creyó y puso en su lugar a Peter Limone como jefe «en funciones» mientras él creía lidiar con el juicio, pero su caso tenía tan mala pinta que tuvo que declararse culpable. El propio Limone cayó pronto en las redes del FBI y le siguió a la cárcel, dejando el camino libre a DiNunzio.

Con él son ya 91 los miembros de la Cosa Nostra de Nueva Inglaterra detenidos en el último año. De ellos, nueve líderes, incluyendo a los capos mencionados, han sido acusados de extorsionar a los mismos clubes de 'striptease' de Providence (Rhode Island). El Cadillac, Satin Doll, Foxy Lady, Desire y Cheaters son algunas de esas víctimas recurrentes que todas las noches tenían que apartar una parte de su recaudación para juntar 2.000 y 6.000 dólares (1.514 y 4.543 euros) que les pagaban al mes. «Voy a enterrarte vivo y me quedaré mirando 10 horas hasta que te mueras y luego te desenterraré para asegurarme de que estás muerto», le dijo DiNunzio a uno de sus hombres ante la posibilidad de que no le obedeciera.

Cuando le detuvieron al amanecer en un club de Boston llamado Gemini, poco antes de las 7 de la mañana, llevaba encima 5.000 dólares (3.786 euros) en efectivo que su lugarteniente para Rhode Island, Edward Lato, acababa de entregarle, tras recibir la recaudación de los dueños del Cadillac que le trajo 'Chippy'. Hacía tiempo que sabían que el FBI les pisaba los talones. «Cada vez que salgo hay alguien mirándome... Hay un tipo en la esquina dentro de un coche cada puta vez... Tiene que haber algo, ¿no?», le dijo Lato durante una de las conversaciones grabadas.

El FBI no era el único que tenía oídos en todas partes. Con sus contactos DiNunzio llegó a conocer el contenido de la acusación que la fiscalía había enviado al Gran Jurado para poder detenerle, a pesar de que estaba sellado. Así es como supo que «los federales» habían grabado la reunión que tuvo en un restaurante chino de Boston, el Billy Tse, según le contó en el restaurante del Primo Vinny a un miembro de la familia Gambino, que se encarga de extorsionar a los clubes de Nueva York y New Jersey. «Nos han grabado, me enteré ayer. Todo el puto restaurante estaba cableado con escuchas así que no importaba en qué mesa nos hubiéramos sentado. Es lo único que tienen contra mí que me pueda pringar».

Todo grabado

Por supuesto, esa conversación también se estaba grabando, y en ella ambas familias discutían quién seguiría extorsionando a un club al que le cobraban los Gambino a pesar de estar en Rhode Island, por lo que DiNunzio lo reclamaba para sí. Había otros temas de desacuerdo, como el hecho de que un miembro que proponían los Gambino fuera medio irlandés, cuando «las reglas son que tiene que ser 100% italiano».

Al final de la conversación DiNunzio le dice a Gambino. «Venga, vamos a zamparnos un chuletón, porque probablemente nos van a enchironar mañana». Y ciertamente lo echará de menos.