ESPAÑA

Rajoy niega que el plan sea un cambio en la política antiterrorista

Interior pide a los presos que no se dejen engañar por ETA mientras socialistas y nacionalistas vascos aplauden la iniciativa

MADRID. Actualizado: Guardar
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Cerca de dos meses llevaba el Gobierno con el Plan Integral de Reinserción en el horno. Tras el acuerdo del 21 de febrero de todos los partidos, salvo UPyD y Amaiur, para adaptar la política antiterrorista a un escenario sin violencia, el Ministerio del Interior se puso manos a la obra para buscar una fórmula que propiciara el acercamiento de presos de ETA al País Vasco. Fueron semanas de elaboración de borradores e intercambio de ideas con PSOE y PNV que se plasmaron en el texto anunciado ayer por el ministro Jorge Fernández Díaz.

Mariano Rajoy estuvo en todo momento encima de la iniciativa y en permanente contacto con el titular de Interior, al que encargó un proyecto que no supusiera un giro radical en la política antiterrorista que soliviantara a las víctimas del terrorismo, pero que tampoco pudiera ser despreciado por los presos de ETA y la izquierda abertzale. Al final, no consiguió lo uno ni lo otro porque las asociaciones de víctimas se pusieron en pie de guerra y se quedó corta para sus destinatarios. Logró a cambio el respaldo de la gran mayoría del arco parlamentario.

El presidente del Gobierno, con el paraguas político del acuerdo del 21 de febrero, recabó en las últimas semanas las opiniones del líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba; del lehendakari Patxi López, del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y del líder de los populares vascos, Antonio Basagoiti. Fernández Díaz, a su vez, asumió la parte técnica con el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste. Rajoy y el titular de Interior decidieron esta misma semana la puesta en escena y fijaron los términos del discurso. El hecho de que presidente y ministro coincidieran en que los presos de ETA debían hacer una declaración «clara, solemne y pública» de su desvinculación de la organización para acogerse al plan no fue casual sino medido.

Inquietud

El contundente rechazo de las asociaciones de víctimas, sin embargo, preocupó a los responsables gubernamentales. De ahí que Rajoy aprovechara su primera comparecencia tras hacerse pública la iniciativa para asegurar que el Gobierno «no ha cambiado ni va a cambiar» la política antiterrorista. El objetivo, insistió, es el mismo, «ETA tiene que desaparecer», y lo tiene que hacer sin «negociar» ni ahora ni más adelante con el Ejecutivo. Insistió que este paso no implica «ningún cambio» de estrategia y tampoco acarrea «ningún beneficio penitenciario» para los presos que se acojan a la medida. Un barniz de dureza para decir que nada ha cambiado, aunque, como dijo el exministro Jaime Mayor Oreja, «no se entiende que el Gobierno anuncie un plan y diga a la vez que no cambia la política penitenciaria».

Instituciones Penitenciarias, a la vista de la respuesta de las víctimas, citó hoy a los responsables del colectivo para explicarles el plan y disipar sus temores porque lo sustantivo de la estrategia contra ETA permanece inalterable. También desde el PP intentaron apagar el incendio con una llamada del secretario de Justicia, Iñaki Oyarzábal, a la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, para pedirle confianza.

Pero decir que nada ha cambiado más parece un recurso retórico que una convicción del Gobierno. Tanto en la Moncloa como en la oposición reconocen que es el primer paso claro en relación a ETA desde que Rajoy gobierna. El ministro del Interior, sin embargo, emuló el 'tancredismo' de Rajoy. «No hay cambios, no aporta ningún beneficio penitenciario , seguimos exigiendo la disolución incondicional», insistió desde Luxemburgo, donde participó en una reunión con sus colegas de la UE.

Los socialistas, aunque sorprendidos por el anuncio, arroparon al Gobierno. La vicesecretaria general, Elena Valenciano, afirmó que es una decisión «bien adoptada» porque afecta «al núcleo más duro» de ETA, el que abomina de la reinserción. La número dos del PSOE admitió que no conocía «detalles» del plan, circunstancia que, sin embargo, no iba a mermar el apoyo de su partido al Gobierno en política antiterrorista.

También el PNV se sumó al respaldo. Su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, celebró el «primer paso» del Gobierno para conseguir el fin de ETA y «consolidar la paz». Aplaudió que Rajoy se haya decidido a «mover ficha» y confió en que este gesto sea acompañado de otros.