Guardiola y Piqué, durante el entrenamiento de ayer. :: G. N. / REUTERS
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De la pesadilla al sueño

Los de Guardiola buscan su tercera final en cuatro años tras convivir con las secuelas de perder la Liga en el clásico El fútbol del Barça debe remontar ante el músculo del Chelsea

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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La pesadilla liguera del sábado noche en el clásico ya es pasado. El Barça se despertó el domingo todavía con convulsiones, atormentado por decir adiós a la Liga en un pulso directo ante el Madrid en el que no dio la talla, preguntándose qué había fallado y muchas cosas más. Pero por la noche logró dormirse otra vez y soñar con la posibilidad de clasificarse para la final de la Liga de Campeones en Múnich. Sería la tercera presencia en las cuatro últimas temporadas, pero para ello hay que remontar en el Camp Nou el 1-0 que el Chelsea logró en la ida.

Deportivamente, nadie duda de la superioridad del Barça y de su capacidad para dar la vuelta a la semifinal. El equipo azulgrana ya mereció un mejor resultado en Stamford Bridge, donde el conjunto londinense tuvo un cien por cien de efectividad en sus remates entre los tres palos (Drogba aprovechó la única ocasión real), mientras que los jugadores de Pep Guardiola desperdiciaron hasta once oportunidades nítidas, con dos postes incluidos de Alexis y Pedro. Ni siquiera el sistema ultradefensivo de los 'blues', pese a que Cech no encajó ningún tanto, funcionó, pues el balón merodeó su portería constantemente. Aquel partido de la pasada semana se consideraría un accidente de no ser por lo sucedido tres días después en el clásico.

Y lo más peligroso para el Barça es que no solo han surgido preocupaciones deportivas. La derrota en el clásico también parece afectar a lo extradeportivo. Ciertamente, sorprende que en un par de días se hayan producido dos filtraciones de peso en un vestuario que había sido hermético desde que llegó Guardiola. Nunca había salido al exterior una alineación de un partido importante, pero el sábado, horas antes del choque ante el Madrid, ya trascendió que jugaban Tello y Thiago, las dos sorpresas de Guardiola. Y el domingo el club ocultó que Messi no estuvo presente en el entrenamiento matinal. Y aunque un medio de comunicación informó ayer que el argentino había llamado para decir que se encontraba mal, el silencio dominical del club invita a sospechar que Leo, sencillamente, se tomó el día libre molesto por el clásico.

'Caña' de Pep a Piqué

Por lo menos, lo que sí logró arreglar el Barça es el supuesto conflicto entre Guardiola y Piqué, suplente ante Chelsea y Madrid pese a la trascendencia de ambos partidos. El central fue el elegido para hablar ante los medios de comunicación y mostró con entusiasmo su fidelidad a Guardiola. «Siempre piensas que puedes dar más, que podrías haber jugado mejor. En mi caso está claro que el año podría haber sido mejor. Con Pep hablamos continuamente, el viernes lo hicimos, me comentó lo que pensaba. Me da mucha caña siempre, desde el primer año, pero me gusta», explicó el internacional, seguro de la continuidad del técnico: «Llegamos juntos a este club, hemos formado parte de una etapa muy bonita parte de la historia del club. Confío mucho en él, creo que no hay pasión mas fuerte para él que lo que es el fútbol y el Barcelona. Pondría la mano en el fuego que seguirá el año que viene». Pese a la aparente reconciliación, no se puede dar por segura la titularidad de Piqué, aunque se intuye una defensa de tres con Mascherano y Puyol. Su presencia permitiría minimizar los problemas por alto que puede crear el Chelsea a balón parado.

Tras las sorpresas de Tello y Thiago en el once del sábado, cuesta entrar en la cabeza de Guardiola. Es fácil pensar que jugarán Xavi, Iniesta, Busquets, Messi, Cesc y Alexis en la parcela ofensiva, pero no se puede descartar la titularidad de Cuenca para abrir el campo (ya entró de inicio contra el Milan) o de Pedro.

En el Chelsea es más fácil pensar que Roberto di Matteo alineará el mismo once de la ida, principalmente porque el central David Luiz sigue lesionado, porque Drogba se ha recuperado del daño que se hizo en algunos de sus teatrales desvanecimientos de Stamford Bridge y porque el sábado, contra el Arsenal en la Premier, el técnico reservó a ocho jugadores de la ida, utilizando sólo al portero Cech y a los centrales Terry y Cahill. Se desprende de eso que Torres será una baza en el banquillo y que Mata volverá a vivir un partido ingrato persiguiendo el balón a la espera de poder armar un contragolpe. Romeu, ex azulgrana, tampoco jugará.