El empresario de doble cara
La Guardia Civil desenmascara a un pensionista metido a narco
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa Guardia Civil no solo ha desmantelado otra banda de narcos que tenía su base de operaciones en Chiclana y había creado una conexión permanente de suministro desde Ceuta hasta Bilbao, sino que ha desenmascarado a un conocido industrial chiclanero al situarlo como cerebro financiero de la organización. En la localidad no se hablaba ayer de otra cosa, ya que Antonio P. P. es una cara muy reconocida entre sus vecinos por sus múltiples negocios entre los que se incluyen una inmobiliaria y un bar de copas en La Barrosa. Pero su vinculación con el tráfico de drogas no es la única sombra en el pasado y presente de este individuo. Desde 2005 cobra una pensión de incapacidad laboral absoluta, «lo que no le ha impedido practicar con total normalidad diversos deportes como el esquí, el fútbol o el pádel y realizar viajes relámpago al volante para mantener entrevistas en puntos muy alejados de España», indicaban ayer desde la Comandancia de Cádiz.
El operativo policial, bautizado con el nombre 'Marathon', ha supuesto el arresto de once personas (dos de ellas en Vizcaya) y la imputación por orden del juez del nº 2 de Chiclana de otras quince personas más. Seis de los arrestados, entre ellos el conocido industrial, fueron enviados a prisión, mientras que el resto ha quedado en libertad con cargos. La investigación no se ha prolongado en exceso. Poco más de un mes han tardado los agentes del equipo de Policía Judicial del puesto de Chiclana en desarticular un entramado que había creado una línea estable de negocio en Bilbao. Solo trabajaban con polen de hachís, pero de gran calidad. Este estupefaciente tiene una gran demanda en el País Vasco, donde el precio es mucho más elevado que en Cádiz.
Los investigadores sitúan a Antonio P. P. como el cerebro financiero de la banda, quien supuestamente había ideado la forma de traficar sin levantar excesivas sospechas. Aunque el plan utilizado no es nada novedoso: la droga viajaba en dobles fondos practicados en vehículos de lujo. Estos coches eran comprados en concesionarios de Madrid y puestos a nombre de testaferros, hombres de paja que solo eran dueños en los papeles. Posteriormente, los vehículos eran ocultados en talleres clandestinos donde les hacían las modificaciones para poder meter los fardos. Eran cargados en Ceuta, pasaban la frontera por Algeciras y viajaban hasta Bilbao.
Una vez más, el alto tren de vida ha vuelto a ser la perdición de los integrantes de la banda. En apariencia trabajadores humildes, que realizaban costosos viajes a lugares exóticos donde se traían gran cantidad de ropa falsificada.
Junto al cerebro financiero, la Guardia Civil coloca en la cúpula de la organización a dos individuos más, que se encargaban de toda la logística. La banda había conseguido tener a dos clientes fijos en Bilbao, quienes les compraban los estupefacientes que posteriormente distribuían en la provincia vasca.
Además de las detenciones, los agentes se han incautado de 130 kilos de polen que viajaban ocultos en un Mercedes, once vehículos, dos motos, una embarcación, tres escopetas, una pistola y han desmantelado dos plantaciones de marihuana.