Apuntes

Caos judicial

La memoria anual del TSJA pone de nuevo en evidencia el pésimo estado de la justicia en la provincia

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No por repetido es menos preocupante. Año tras año, la memoria del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía evidencia que la situación de la justicia en la comunidad en general y en la provincia en particular, es lamentable. En esta ocasión, el informe es aún más demoledor, por cuanto su autor es el presidente del TSJA, Lorenzo del Río, hasta hace apenas 15 meses presidente de la Audiencia Provincial de Cádiz. Del Río, conocedor como nadie de los problemas relacionados con la justicia por estos lares, ya presentó la memoria el pasado año, pero entonces apenas llevaba unos meses en el cargo. Ahora, con pleno conocimiento, realiza una serie de afirmaciones que deberían hacer recapacitar a los responsables de gestionar los asuntos judiciales en Andalucía. A tal fin, de hecho, se realiza la memoria.

Tan solo la cifra de casi 65.000 sentencias sin ejecutar por falta de medios evidencia que estamos ante un absoluto desastre. ¿De qué sirve celebrar juicios cuando luego se tardan años en ejecutar los castigos? No es demagógico recordar que precisamente por eso hace unos años murió una menor onubense llamada Mari Luz Cortés. La principal solución para tratar de paliar este drama administrativo es destinar más medios a los juzgados, pero es obvio que en los tiempos que corren esto no va a ocurrir. Del Río ni siquiera se atreve a esbozar cuántos juzgados más hacen falta en la provincia, ya que la el Ministerio aún no ha definido el presupuesto que va a destinar a ello.

Además, Del Río, sin duda, ha redactado una memoria valiente, metiendo el dedo en una llaga que hasta ahora apenas se había tocado: la de los funcionarios de justicia. No basta solo con tener más medios. Hay que optimizar los que se tienen. Empezando por los recursos humanos, por los empleados de los juzgados, a los que hay que exigir -no a todos, pero sí a muchos-, mayor diligencia. Y, si hace falta, sancionar actitudes que considera inadmisibles.