![](/cadiz/prensa/noticias/201204/22/fotos/4256046.png)
El Ejército se queda sin soldados
Se ha pasado de alistar a 5.000 efectivos en 2008, con el inicio de la crisis, a reducir a cero la oferta de empleo público para este año Defensa, por primera vez, no convoca plazas para tropa y marinería por los recortes en personal
MADRID. Actualizado: Guardar«Con mejores condiciones laborales y materiales hoy las Fuerzas Armadas ofrecen un futuro profesional a quienes se integran en ellas». El cacareado eslogan del Ministerio de Defensa entró en las casas de todos los ciudadanos como una novedosa oferta de empleo. «Alístate», bendecían los anuncios de televisión, radio y prensa, y los grandes carteles que colgaban de las paradas de autobuses de todas las ciudades.
La fotografía no es tan antigua, es de hace apenas cuatro años. Corría 2008 cuando estas intensas campañas, en las que Defensa llegó a invertir 12 millones de euros anuales, y la presencia de unidades móviles del Ejército de Tierra en las principales plazas del país para que varios soldados informaran de los beneficios del alistamiento, formaban parte del paisaje laboral antes de los primeros signos de la crisis.
Una atractiva oferta de empleo que no pasó desapercibida para miles de jóvenes de entre 18 y 27 años, que dejaron sus estudios para buscar emociones fuertes, seguridad laboral y un sueldo fijo bajo el paraguas de la disciplina militar.
Aquel año, el Ejército ofreció 5.000 plazas para tropa y marinería y en 2009 mantuvo 4.000. Todas se cubrieron. Este reclutamiento supuso que a principios de 2010 las Fuerzas Armadas alcanzaron más de 86.600 efectivos, el número más alto de soldados desde que se profesionalizó el Ejército en 2001.
Esta próspera situación de los uniformados no se compadecía con la realidad económica y laboral del país, ya que mientras el sector privado comenzaba a destruir empleo la oferta pública en las Fuerzas Armadas seguía más viva que nunca. El ardor guerrero de los españoles no paraba de crecer.
Punto de inflexión
La inflexión, sin embargo, llegó en 2010. Defensa pasó de tener cinco plazas por aspirante en época de vacas gordas, cuando el reclutamiento era un problema por la escasa demanda, a cinco aspirantes por plaza con el estallido de la crisis. Otra vez el reclutamiento se convertía en un problema, esta vez por exceso de demanda. «Hace poco los buques quedaban amarrados por falta de tripulantes, ahora sobran», comentaba entonces un oficial.
La caída del 7,7% del presupuesto de Defensa para 2011 tocó de lleno el gasto de personal. Se perdieron unos 2.000 efectivos tras reducir el tope legal a 83.000 soldados y marineros. Las plazas para reclutas apenas alcanzaron 260 frente a las 4.000 de 2009.
En línea con la política de ajuste instaurada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero al final de su legislatura, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha continuado con el adelgazamiento de los efectivos. «Un recorte, por otra parte, más asumible para la opinión pública que otras carteras más sensibles como Educación o Sanidad», explica un alto cargo del Ministerio de Defensa que prefiere mantener el anonimato.
La supresión generalizada de la convocatoria de plazas públicas de empleo por parte del Gobierno también llegó a las Fuerzas Armadas. Para 2012 no hay ningún proceso de selección abierto para tropa y marinería. Los últimos reclutas en incorporarse lo hicieron en enero. «Es una buena demostración de la rigidez del presupuesto de Defensa», admiten las citadas fuentes.
«Economía de guerra»
Que la tasa de reposición sea cero es un hecho inédito desde la desaparición del servicio militar obligatorio en marzo de 2001. Y ello se explica por la «economía de guerra» que vive Defensa, con la mayor caída porcentual del presupuesto, 8,8%, unos 613 millones este año, que se recuerda. Sin ir más lejos, el departamento maneja hoy el mismo dinero que hace diez años, con la diferencia de que ahora España está presente en tres teatros de operaciones en el exterior y tiene millonarios programas militares en marcha.
Defensa explica que esta decisión se enmarca en la idea de reducir la plantilla de las Fuerzas Armadas de modo «coyuntural» con la vista puesta en el horizonte de 2025. En este contexto se sitúa la nueva disminución del tope de efectivos a 81.000, 2.000 menos que hace un año. Esto supondrá un ahorro en personal de más de 111 millones de euros, un 2,4% menos que en 2011.
¿Cómo afectará el recorte de plantilla a las capacidades del Ejército? Esta es la pregunta que se hacen los expertos en Defensa. La mayoría de los consultados señalan que la rebaja «no es drástica», pero advierten de que habrá que ver la evolución en los próximos cursos porque mantener esta dinámica condiciona la operatividad futura del Ejército.