Los jornaleros se arriesgan a trabajar sin contratos para sacar algo más de dinero. :: A. R.
CÁDIZ

«Nuestro olivar no se puede mantener si no tiramos de la familia y los amigos para recoger la aceituna»

Lo que más preocupa ahora a los pequeños agricultores gaditanos sancionados es cómo van a pagar la multa por trabajar sin contrato

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Desde que se iniciara la campaña de recogida de la aceituna, en noviembre, se ha convertido en la conversación más habitual entre los pequeños agricultores. La presencia de los inspectores de la Seguridad Social ha generado un gran malestar entre aquellos que aseguran que «no queremos saltarnos la Ley, pero no hay otra forma de mantener nuestras explotaciones».

Lo comenta Juan, el propietario de una pequeña explotación agrícola de Olvera, aunque su nombre podría ser el de Pepe, Manuel o Francisco, entre otros muchos. Todos opinan igual, pero nadie quiere hablar a cara descubierta porque son conscientes de que juegan con la ilegalidad. Su máxima preocupación a día de hoy es la de saber cómo van a acabar los expedientes abiertos aunque el futuro de sus explotaciones también les crea un gran desasosiego.

Juan asegura que estas pequeñas plantaciones de montaña «no se pueden mantener si no tiramos de nuestra propia familia y de los amigos para que nos ayuden a recoger la aceituna». No niega que algunos de esos familiares estén cobrando desempleo y otras ayudas agrarias pero asegura que «de no ser así, no podríamos tirar para adelante; estos campos no se pueden mecanizar y el precio de las aceitunas no da para cubrir todos los gastos legales».

Algunos de los jornaleros que han trabajado en estas plantaciones tampoco quieren dar la cara, por temor a quedarse sin futuros jornales, pero destaca que «nosotros preferiríamos trabajar en condiciones pero la cosa no está para rechazar nada que suponga llevar cuatro duros a tu casa».

Por último, algunos agricultores se muestran muy preocupados por el futuro porque «si el sector sigue como está, seguimos cobrando lo que cobramos por la aceituna y no tenemos otra salida, al final tendremos que dejar los olivos y que se pierdan muchos puestos de trabajo en la zona de Olvera, Algodonales y Alcalá». Además, este año la sequía también se está cebando con ellos y el rendimiento de las aceitunas está siendo mucho menor por lo que «ya no sacamos ni para pipas», destaca.