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El mayor desafío vale una Liga

El desenlace del clásico puede marcar la 'Champions' y el futuro de Guardiola y Mourinho El Madrid pretende acabar con la hegemonía de un Barça obligado a ganar para seguir vivo

MADRID. Actualizado: Guardar
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A falta de cinco jornadas para el final del torneo de la regularidad y con cuatro puntos de diferencia a favor de los blancos, Barça y Real Madrid disputan hoy un clásico de campeonato que puede marcar también el futuro de la 'Champions' y perjudicar los intereses de la selección española de cara a la Eurocopa. Del Bosque recondujo en un primer momento la situación y está tranquilo porque sabe que el grupo de españoles del Madrid está cada día más distanciado de los métodos de Mourinho, pero hay calma tensa, la rivalidad es extrema y en cualquier momento las hostilidades se desatan.

Ante una audiencia estimada de 400 millones de espectadores, los de Guardiola se juegan seguir vivos en la Liga. Ganar o morir para ellos. Como expone Xavi, es «una final, un cara o cruz». Tras dejar escapar seis puntos de ventaja por sus traspiés ante Málaga, Villarreal y Valencia, los de Mourinho disponen del primer 'match ball' favorable. Si no pierden en el Camp Nou, habrán dado un golpe definitivo. Hablarán todavía con la boca pequeña de matemáticas, pero se sentirán campeones, orgullosos de haber acabado con tres años de tiranía azulgrana.

El desafío es extraordinario, universal. En el cuerpo a cuerpo entre colosos no caben excusas, aunque el Barça llega esta vez con un día menos de descanso. Ambos están atribulados en semifinales de la 'Champions'. Se les daba como indiscutibles favoritos para competir el 19 de mayo, en Múnich, por el reinado continental, pero los dos están obligados a remontar. Dejaron sensaciones diferentes que marcan la previa de este duelo liguero.

El martes, el Madrid cayó ante el Bayern porque Mourinho dio un paso atrás cuando Özil empató. En lugar de sentenciar en Baviera, quiso jugar con el resultado, fue rácano y sufrió el castigo de Mario Gómez en las postrimerías. Al Madrid le faltaron jerarquía, presencia, grandeza y autoridad. La cita señaló a Coentrao, a quien Mourinho defendió a través de Karanka, y descubrió dificultades en hombres básicos. A Xabi Alonso y Özil les falta fuelle. Sin su destacada aportación, más problemas para llevar la iniciativa y mayor tendencia a los pelotazos.

Feudo inexpugnable

El Barça perdió fiel a ese estilo innegociable que le ha brindado trece títulos con Guardiola, por solo uno de Mourinho. Hubiera ganado al Chelsea en nueve de cada diez partidos jugados en Stamford Bridge, pero sucumbió por su falta de pegada y sutileza desmesurada. Cuando Messi no marca, los catalanes sufren. Su dominio y gobierno del juego resultan indiscutibles, pero en ocasiones se echa en falta más contundencia y menos belleza. Más tirar a puerta y menos encaje de bolillos.

Podría ser el último choque que enfrente a Guardiola y Mourinho en España. El catalán todavía no ha renovado y nadie se la jugaría cien por cien a la continuidad del portugués. Hasta ahora, el dominio de Pep sobre José resulta abrumador. En los diez cara a cara, cinco victorias culés, cuatro empates y el éxito merengue firmado hace justo en año en la final de Copa de Mestalla. Y en feudo azulgrana, Mourinho jamás ganó en sus nueve visitas, cuatro con el Madrid, tres con el Chelsea y dos con el Inter.

Se sabe de antemano a lo que jugará el Barça, que suma once triunfos consecutivos en Liga desde que perdió en Pamplona y que en el Camp Nou es inexpugnable. En todo el curso, 23 triunfos y tres empates como local, frente al Sevilla en Liga, ante el Madrid en Copa y contra el Milan en la fase de grupos de la 'Champions' Puede haber defensa de tres o de cuatro, jugar Alves de lateral o de extremo, ejercer Messi de ariete, o de enganche o quedarse en el banquillo Adriano, el tocado Alexis o Cesc, pero lo esencial no cambia. Posesión, paciencia y presión alta para acosar al líder.

El barcelonismo confía en que el Madrid pague los platos rotos por las ocasiones falladas en Londres. En caso de triunfo, la Liga dejaría de ser imposible. Se ve capaz de ganar los partidos restantes ante el Rayo y Betis, fuera, y Málaga y Espanyol, en casa. El Madrid seguiría dependiendo de sí mismo pero estaría al borde de un ataque de nervios tras esfumarse la suculenta ventaja de 10 puntos. Sevilla y Mallorca, en el Bernabéu, y Athletic y Granada, fuera, serían sus finales. Se da la paradoja de que el Madrid puede coronarse tras ser inferior a su enemigo en los seis pulsos directos del año. El Barça le ganó la Supercopa, le eliminó en la Copa y en la Liga se impuso 1-3 en Chamartín. La puesta en escena de Mou es un interrogante.