Editorial

Retorno de inmigrantes

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El avance del Padrón Municipal difundido por el Instituto Nacional de Estadística (INE) informa de que la población española, de algo más de 47,2 millones de habitantes, ha crecido en algo más de 22.000 personas, el menor ascenso de la década, en tanto la población extranjera no comunitaria -5,7 millones, el 12,1% del total- se ha reducido en unas 86.000 personas. Esta reducción del número de inmigrantes se explica, obviamente, por la crisis económica, que tiene efectos disuasorios e impulsa a los foráneos todavía no arraigados por completo a buscarse el porvenir en otra parte menos afectada por la adversidad económica. En lo tocante a la casi estabilización de la población total, los demógrafos afirman que es saludable que hayan pasado los tiempos en que se registraban grandes alzas anuales -hasta de 700.000 personas- a causa de la fuerte inmigración, que daban lugar a situaciones no sostenibles. No parece que España tenga un problema demográfico, a pesar de que se augura un envejecimiento de la población, común a toda Europa, porque el problema no consiste tanto en la forma de la pirámide poblacional cuanto en los desequilibrios en la distribución de la riqueza.