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Sarkozy se quita el reloj
Un ladrón intentó robarle, en el baño de multitud del domingo, un modelo de 55.000 euros que le regaló Carla Bruni
PARÍS. Actualizado: GuardarEn el sprint de la primera vuelta de las presidenciales francesas del próximo domingo, Nicolas Sarkozy no pierde el tiempo. Pero ha estado a punto de que le roben el reloj, un carísimo modelo suizo que le regaló su esposa, Carla Bruni. Ocurrió el domingo en la plaza de La Concorde, en pleno centro de París, rodeado de guardaespaldas y en loor de multitudes. Los ladrones no respetan nada ni a nadie.
El candidato a un segundo mandato de cinco años en la jefatura del Estado acababa de pronunciar un discurso en el escenario donde antaño los revolucionarios guillotinaban a los reyes. Tras entonar 'La Marsellesa', bajó del estrado para someterse al ritual baño de masas de toda campaña electoral. Comenzó a estrechar manos en las primeras filas de la muchedumbre cuando, de repente, notó que se le soltaba el reloj de pulsera y discretamente se lo guardó en un bolsillo de la chaqueta.
El examen detenido de la secuencia grabada por las cámaras de televisión muestra que un desconocido trató de desnudar la muñeca presidencial. «Al ampliar la imagen, se ve bien que apoya sobre la esfera con su pulgar para intentar desabrochar con sus otros dedos el brazalete», asegura el periodista Grégory Pons, especialista en relojes. Según las explicaciones brindadas al diario digital 'Atlantico', Sarkozy fue víctima de la misma técnica empleada con éxito por un caco albanés en 2007 para birlarle el reloj al presidente estadounidense Georges Bush durante una visita a Tirana.
Otros medios especulan con la hipótesis de que el presidente conservador quisiera disimular un ostentoso signo de lujo que desentonaba con la imagen de candidato del pueblo que cultiva en la campaña. De hecho, el reloj, en oro blanco, es un modelo 5140G del relojero suizo Patek Philippe que Carla Bruni le regaló en enero de 2008. Su precio de catálogo es 65.000 francos suizos, unos 55.000 euros al cambio.
El matrimonio se conoció meses antes en casa del publicista Jacques Séguéla. El autor del lema 'La fuerza tranquila', con el que el socialista François Mitterrand accedió al Elíseo en 1981, todavía se está arrepintiendo de una frase que pronunció en defensa de Sarkozy: «Si a los 50 años no tienes un Rolex es que has fracasado en la vida». Eran los tiempos en los que el presidente saliente frecuentaba yates, restaurantes y clubes lujosos. Los años 'bling-bling' -onomatopeya del choque de las cadenas de oro de los raperos- que ahora quiere hacer olvidar.
Al padre de la pequeña Giulia, nacida el pasado 19 de octubre, le viene mejor ahora la imagen familiar de ser abuelo por segunda vez. La mujer de Jean Sarkozy, su primogénito, dio ayer a luz en París a una niña que se llama Lola. El domingo se sabrá si ha venido al mundo con una 'baguette' bajo el brazo rellena de votos. Mucha miga.