Economia

Rajoy da por roto el «buen entendimiento» entre ambos países

El presidente califica la expropiación de Repsol de «grave precedente» que puede afectar de manera negativa a toda América Latina

PUERTO BALLARTA (MÉXICO). Actualizado: Guardar
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La crisis provocada por la decisión del Gobierno argentino de expropiar YPF amenaza con derivar en un histórico conflicto diplomático entre España y Argentina. Mariano Rajoy, durante su intervención en el Foro Económico Mundial que se celebra en México, afirmó que la nacionalización de la filial de Repsol «rompe el buen entendimiento que siempre ha presidido las relaciones entre los dos países».

Esta contundencia, inusitada en los discursos del presidente español, pone en evidencia la gravedad de una crisis que ha alertado a otras empresas españolas con gran implantación en el país Sudamericano como Telefónica o bancos como Santander y BBVA.

Rajoy asumió que esta drástica medida, además de perjudicar a Repsol, daña a España pero, sobre todo, a la «reputación internacional de Argentina». Una desconfianza que, a su juicio, podría extenderse a toda la región porque «después de lo que ayer le pasó a una empresa española alguien puede pensar que le puede suceder a cualquiera». Un temor que el mandatario español utilizó para buscar el apoyo de otros presidentes de América Latina, a los que brindó un gesto de complicidad: «Yo trabajaré para que eso no ocurra, porque lo considero sumamente injusto para los países de América Latina». Una reflexión que fue respondida con un fuerte aplauso por los asistentes al Foro Económico Mundial, entre los que se encontraban los presidentes de Guatemala, Otto Pérez Molina, y Surinam, Désiré Bouterse. Argentina, por su parte, no envió a ningún representante oficial a este cónclave económico.

«Contribuir al bienestar»

Rajoy, como parte de su estrategia de intentar crear un frente de apoyo a España, destacó el encomiable esfuerzo de América Latina por atraer inversiones de empresas europeas que, como las españolas, «quieren quedarse para seguir contribuyendo al bienestar de toda la sociedad».

Una estrategia que, al menos en apariencia, surtió un efecto inmediato. El presidente de México, Felipe Calderón, lamentó profundamente la expropiación de Repsol. «Estoy absolutamente convencido de que el camino del crecimiento económico en América Latina no es el camino de las expropiaciones sino de las inversiones», agregó.

Calderón aborda esta controversia como parte afectada, ya que la petrolera estatal mexicana Pemex es propietaria del 9,25% de Repsol, aunque endulzó sus críticas a Buenos Aires al destacar que sus argumentos los realiza «sin menoscabo del respeto a las decisiones soberanas del pueblo argentino».

Rajoy, en su primera comparecencia pública tras la intervención de YPF, dejó a un lado los eufemismos y advirtió de que el decreto de la presidenta Cristina Fernández sienta un grave precedente en una economía tan globalizada. Por ello reclamó un sólido marco de seguridad jurídica que impida que se repitan «hechos puntuales» como la actuación contra YPF.