Tranvía, ¿ruina o futuro para la ciudad?
El alcalde se acoge a los ejemplos de otros municipios para dudar de su conveniencia, a pesar de que las localidades apuestan por este medio Surgen voces en contra y a favor de un proyecto que ha perdido el respaldo municipal
Actualizado: Guardar¿Es el futuro para San Fernando o es una ruina? La respuesta solo la puede dar el tiempo. Actualmente, hay colectivos que están a favor y colectivos que están en contra de la actuación, grupos políticos que apuestan por ella y otros partidos que la rechazan. Pero quizás lo más importante es que, al contrario que en la legislatura anterior, el proyecto ya no cuenta con el respaldo municipal. Así se comprueba tras las últimas manifestaciones del regidor, José Loaiza, en las que llegó a dudar del tranvía y de sus beneficios poniendo los ejemplos de Vélez-Málaga y Jaén como argumentos de peso para su valoración del futuro del tranvía.
En el primer caso, dijo que el Ayuntamiento «se ha visto obligado a tapar con alquitrán los raíles y paralizar el tránsito del tranvía que generaba unas pérdidas de un millón de euros mensuales. En Jaén ni quieren volver a oír a hablar del tranvía». Ambas situaciones son más complejas, pero sí hay que señalar que hasta el momento ninguna de estas dos localidades se ha planteado abandonar de manera definitiva la actuación y siguen adelante con su puesta en marcha.
Vías sin cemento
En Vélez-Málaga, fue el propio Consistorio el que asumió su gestión y explotación, a través de una concesión administrativa (Travelsa). El primer año de puesta en servicio (octubre 2006-octubre 2007) transportó a un total de 900.000 usuarios, quedándose así muy cerca del umbral del equilibrio económico financiero con el que se diseño (1un millón de viajeros/año). En los ejercicios posteriores ha ido bajando el número de usuarios y el dato de viajeros transportados en 2011 se sitúa en torno a 700.000. En esta caso, las arcas municipales deben abonar la diferencia para lograr el equilibrio, es decir un total de un millón de euros a los que se les suma 1,3 millones de euros entre liquidaciones de intereses, pago de la tercera unidad y en concepto de subvención al billete.
Sí es cierto que los diferentes alcaldes que ha tenido el municipio en este periodo han amagado y amenazado públicamente con interrumpir el servicio, por los problemas económicos en su explotación; pero desde que se inauguró en octubre de 2006 se ha mantenido en servicio y, en ningún caso, se han enterrado las vías, pues en ese supuesto no podría prestar hoy servicio, como lo hace. Lo que no ha llegado a entrar en servicio es la segunda fase de 1,3 kilómetros de longitud, puesto que implica la compra de una tercera unidad.
En el Tren Tranvía, además de tener unas estimaciones de demanda superiores (siete millones de viajeros/año), su gestión será responsabilidad de la Junta de Andalucía, ya que es un transporte metropolitano. En ese sentido, no repercutirá en los municipios su explotación y mantenimiento, sino en la Junta. Por otro lado existe en Vélez- Málaga un conflicto de intereses que se produce con el transporte urbano de autobuses, dado que Travelsa tiene ambas concesiones (autobús urbano y tranvía). En todas las ciudades donde se han implantado con éxito sistemas tranviarios es preciso una reordenación y reorganización del sistema de transporte público, de modo que no se produzcan solapamientos, como sucede con el Tranvía de Vélez. Por el eje de su trazado también prestan servicios los buses urbanos.
A marchas forzadas
En el caso de Jaén, (10 paradas, 4,7 kilómetros de trazado, que discurren exclusivamente por el término municipal), el modelo de gestión es similar. Con el cambio de gobierno, el actual alcalde, que desde la construcción del tranvía se opuso a dicha iniciativa, empezó a manifestar su intención de analizar primero la viabilidad económica de la futura explotación (la demanda anual está fijada en 2,8 millones de viajeros/año, cifra que se ajusta al modelo económico-financiero, de acuerdo con los estudios y proyectos del Tranvía), también decidió no retomar las pruebas en blanco ni los cursos de formación para el personal, y empezó a reclamar que la Junta de Andalucía asumiese también la explotación, luego que perdonara al Ayuntamiento el pago del alquiler de las unidades. Posteriormente, solicitó un aplazamiento del pago de las unidades, de 17 a 40 años, a lo que Obras Públicas respondió que admitía un aplazamiento hasta 30 años, que coincide con la vida útil del tranvía.
Ahora bien, recientemente firmó un acuerdo de intenciones con Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña para que le preste asistencia en la fase de pre explotación. De hecho, el Ayuntamiento de Jaén ha manifestado que en breve retomará todo el proceso previo a la puesta en servicio (pruebas en blanco y planificación del futuro servicio).
Con dificultades pero ambos tranvías siguen su curso, al igual que ocurre con el de La Isla, que a pesar de las demoras y las dudas continúa con su proceso de homologación y pruebas para su puesta en marcha.