El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, en su comparecencia de ayer ante la prensa, tras reunirse con el embajador argentino en España. :: J. SORIANO / AFP
Economia

«Este Gobierno no permanecerá parado»

Asuntos Exteriores pone en marcha los resortes diplomáticos para conseguir apoyo internacional en la presión a Buenos Aires España tensa la cuerda con Argentina ante el proyecto de Kirchner de tomar el control de YPF

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Este Gobierno no va a permanecer parado». El gabinete de Mariano Rajoy respondió con una contundencia inusitada al amago de las autoridades argentinas de tomar a golpe de decreto el control de YPF, filial de Repsol en el país suramericano -controla el 57% de su accionariado- y que aporta la mitad de la producción y las reservas y un tercio del beneficio bruto de la multinacional española.

Lejos de reducir la presión, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, tensaron aún más la cuerda y en ningún caso descartaron una escalada diplomática entre los dos países de consecuencias imprevisibles. «El Gobierno actuará con las medidas que tiene a su alcance para evitar que decisiones como esta lleguen a concretarse», subrayó Sáenz de Santamaría al término de la reunión del Consejo de Ministros.

La vicepresidenta rechazó aclarar qué mecanismos puede activar el Ejecutivo para presionar a su rival en este envite, el equipo de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Aseguró que Madrid «tomará las decisiones que correspondan», pero recalcó que «las medidas no se anuncian, se adoptan». «Espero que este Gobierno no tenga que adoptarlas, pero si tiene que hacerlo, lo hará», zanjó.

La herida abierta entre Madrid y Buenos Aires por el control de YPF no es reciente. El equipo de Rajoy se ocupa desde enero con discreción de este conflicto, en el que las cuestiones vinculadas a la gestión empresarial de la compañía son solo una de sus vertientes.

Sus otras caras tienen que ver con las jugosas posibilidades de negocio que ha abierto a Repsol YPF el descubrimiento de enormes yacimientos de petróleo y gas en el área de Vaca Muerta y con cuestiones de política interna argentina. Los discursos oficiales en Buenos Aires contra «quienes se comportan como virreyes» y en vez de reinvertir en Argentina sus beneficios los repatrían se prodigaron en marzo. Las conversaciones telefónicas del Rey Juan Carlos con Fernández de Kirchner y el viaje relámpago del ministro de Industria a Buenos Aires en febrero aliviaron la tensión, pero el conflicto siguió larvado hasta estallar el jueves.

Ofensiva diplomática

Sáenz de Santamaría sorteó las preguntas sobre las medidas concretas que podría tomar España en los ámbitos político y comercial, y eludió aclarar si Rajoy se ha puesto en contacto con Fernández de Kirchner para pedir explicaciones. Pero sugirió una ofensiva diplomática que, a la vista de su discurso, ya está en marcha y podría desembocar en una campaña de denuncia de la inseguridad jurídica que acecharía a las empresas de todo el mundo que puedan están barajando invertir en el país suramericano.

«A lo largo de estas semanas», explicó la 'número dos' del equipo de Rajoy, el Gobierno español ha «intensificado» los contactos con las instituciones europeas y otros gobiernos suramericanos para trasladar su inquietud ante un conflicto que trasciende ya los intereses españoles. «Hay una enorme preocupación internacional», señaló la número dos del Gobierno, sobre las «empresas e intereses» de los distintos países en Argentina.

El Gobierno no quiso ir más allá hasta escuchar al embajador argentino en España, Carlos Bettini, convocado por el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo. En su reunión de 45 minutos, el jefe de la diplomacia encargó a Bettini transmitir a Buenos Aires un mensaje claro y firme: «Cualquier agresión a la seguridad jurídica de Repsol será considerada una agresión al Gobierno de España que tomará las medidas oportunas. YPF es importante para Repsol. Y Repsol es importante para España».

Con semblante serio y flanqueado por los secretarios de Estado de Exteriores y para Iberoamérica, García Margallo avisó de que la expropiación de la petrolera tendrá serias consecuencias. Sin embargo, reconoció que la ruptura de relaciones sería «el peor escenario que podemos esperar» por los tradicionales vínculos de fraternidad existentes entre los dos países.

El responsable de Exteriores expresó comprensión sobre la importancia que las cuestiones energéticas tienen para Argentina. Pero a la vez exigió que Buenos Aires entienda la importancia para España de defender sus intereses empresariales en el extranjero. El ministro sí enumeró la lista de agravios a Repsol: precios excesivos por suministro, la revocación de un acuerdo de dividendos y la retirada de licencias de explotación que provocó la depreciación de las acciones de la compañía. «Por eso el Gobierno tomó cartas en el asunto», señaló.

García Margallo insistió en que «España pedirá ayuda a sus socios y aliados». De hecho, confirmó una conversación con el embajador de Estados Unidos, Alan Solomont, y otros contactos «que no pueden desvelarse». También con los países que operan en Argentina, en un sutil aviso de posibles represalias comerciales. El asunto de la petrolera se debatirá en la próxima Cumbre de las Américas que arranca hoy en Colombia. Mientras, en la Bolsa de Madrid, las acciones de Repsol YPF cayeron un 2,34%.