Tribuna

Los asesinos andan sueltos

Joseph Kony se ha convertido en uno de los nombres más seguidos en las redes sociales, aunque donde debería estar es ante la Corte Penal Internacional. Pero no es el único

PERIODISTA Y ESCRITORA Actualizado: Guardar
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Joseph Kony, de 51 años, líder del Ejército de la Resistencia del Señor (LRA) es un secuestrador de niños que tras una durísima formación los convierte en niños soldados y a ellas, además, en esclavas sexuales. Con una orden de detención de la Corte Penal Internacional de La Haya desde 2005, Joseph Kony, hijo de un hechicero, es un hombre violento que habla con los espíritus y entra en trance. Mezcla en su discurso elementos bíblicos, musulmanes y de la tradición religiosa animista del norte de Uganda. Su objetivo era crear un estado teocrático en Uganda.

Comenzó sus matanzas en dicho país en donde reclutó a 20.000 niños y secuestró a más de 40.000, pero ahora lleva unos años entre Sudán del Sur, la República Centroafricana y Congo. Sus atrocidades hicieron que un millón ochocientas mil personas abandonasen sus hogares huyendo del terror.

Como consecuencia de un vídeo grabado por la ONG Invisible Childen y difundido a través de las redes sociales, medio mundo se ha enterado que asesinos como Kony siguen campando a sus anchas por la selva africana. Decenas de millones de personas lo han visto en youtube . En estos momentos 5.000 soldados de los países afectados asesorados por cien militares estadounidenses lo buscan con la seria intención de detenerlo.

Kony abandonó Uganda en el 2006 dejando en ese país numerosas víctimas que difícilmente se olvidarán de él pero ahora su zona de trabajo se sitúa en plena selva. En un área de 80.000 kilómetros cuadrados muy complicada, desde el punto de vista geográfico, en donde están instalados unos gobiernos que navegan entre la ineficacia y la corrupción, con la terrible conclusión de que Kony sigue campando a sus anchas.

Se calcula que en estos momentos unos 200 militantes del LRA con Kony a la cabeza tienen a unos 600 niños rehenes que siguen instruyendo para matar.

La República del Congo lleva más de 20 años sufriendo todo tipo de violencia. Asesinatos y violaciones están a la orden del día. Un informe publicado por Amber Peterman en el 'American Journal of Public Heath' denunciaba que cada día más de 1.100 mujeres son violadas en dicho país.

Por su parte el Gobierno congoleño consiente estas atrocidades hasta darse la paradoja de que otro individuo parecido a Kony, Ntabo Ntaberi Sheka, jefe del grupo Mai Mai Sheka, se postuló, el año pasado, como parlamentario en el este de la República Democrática del Congo a pesar de ser buscado por su participación en violaciones en serie en 2010.

Pero independientemente por qué se ha hecho esa campaña en las redes sociales en estos momentos, cuando es un tema que lleva años trayendo cola, lo importante es que la presión internacional sobre este asesino aumente, que las formaciones políticas de la zona se impliquen y que más pronto que tarde lo veamos sentado en la Corte Penal Internacional. Y por supuesto que sea juzgado y condenado convenientemente. Él y sus cómplices.

Pero qué va a ser de sus víctimas. Todos necesitan ayuda y estamos hablando de procesos largos y dolorosos. Rehabilitar niños que han sido secuestrados, formados para matar y que para desinhibirlos y entrenarlos, les han obligado a matar a familiares directos, es muy duro Después de eso, son capaces de cualquier cosa. Con las chicas ocurre algo similar solo que también son utilizadas como esclavas sexuales. Todo un horror.

Hacer que estos jóvenes sean capaces de superar lo vivido, adaptarse a una sociedad pacífica y no vivir aterrados por sus propias matanzas es muy difícil aunque se consigue. Y así nos lo han demostrado las organizaciones que trabajan con ellos.

Los países que han sido víctimas de Kony necesitan Comisiones de la Verdad (como la de Sudáfrica) en donde se conozca qué y cómo sucedió pero sobre todo requieren que este hombre sea detenido lo antes posible y que se haga justicia. Será la mejor reparación para las víctimas.

De hecho, la única noticia que nos gustaría leer es que estos asesinos tuviesen el mismo destino que el psicólogo y padre de siete hijos Thomas Lubanga, exlíder de la Unión de Patriotas Congoleña, que ha sido declarado culpable de crímenes de guerra por reclutar a niños soldado. De momento los jueces de la Corte Penal Internacional lo han declarado culpable aunque todavía no le han impuesto pena.

Según Naciones Unidas en estos momentos, mientras ustedes leen estas líneas, 300.000 niños y niñas pelean en ejércitos y milicias del mundo