Acaba la pesadilla de los nueve mineros peruanos sepultados durante una semana
LA HABANA. Actualizado: Guardar«He vuelto a nacer. Sí, he vuelto a nacer», confesaba Jesús Capatinta Rayme, uno de los nueve mineros que ayer fueron rescatados de las entrañas de una mina derrumbada en Perú. Precedidos por el presidente Ollanta Humala fueron saliendo del socavón que estuvo a punto de convertirse en su sepultura. A las siete en punto de la mañana, dos de la tarde en España, con gafas oscuras, arropados y apoyados en compañeros de oficio, uno a uno caminando por sí mismo y uno de ellos con una mascarilla de oxígeno, dejaron atrás seis días y noches de angustia.
Edwin Bellido, de 34 años, expresaba su alegría: «Me siento contento, es una victoria más para mi vida porque yo pensaba ya lo peor. Adentro es bien feo, dormíamos en el suelo con el barro encima de plástico». Dijo que se animaban contando chistes. Todos querían abrazar a sus familias. Esposas, hijos, o madres sentían afuera la misma angustia y desesperación mientras los esperaban en un campamento improvisado a la entrada de la improvisada galería que se derrumbó hace una semana.
Desde ese día, ingenieros y mineros trabajadores de importantes empresas del sector que mueve la economía peruana, trabajaron sin cesar. La única comunicación que mantenían era a través de una manguera por la que llegaba también oxígeno y alimentos. Humala, que pernoctó en la mina, destacó el «momento de orgullo para los peruanos; el profesionalismo de los peruanos es el que ha permitido recuperar a nueve compatriotas desde las entrañas de la mina».