Alfredo Pérez Rubalcaba se dirige al presidente del Gobierno en la sesión de control al Ejecutivo de ayer en el Congreso. :: SUSANA VERA / REUTERS
ESPAÑA

El Gobierno desconfía de la oferta del PSOE para un pacto de Estado

Rajoy asegura que el Ejecutivo ya sabe lo que tiene que hacer e invita a los socialistas a que se sumen a sus medidas

MADRID. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy no está interesado en pactos con el PSOE. Cree que la fortaleza de su grupo de 186 diputados en el Congreso es suficiente para sacar adelante los proyectos legislativos, aunque si otras fuerzas políticas, incluidos los socialistas, quieren sumarse a su proyecto serán bienvenidas. El presidente del Gobierno, además, cree que la oferta de acuerdos lanzada por Alfredo Pérez Rubalcaba no es sincera sino un juego de manos.

El líder de la oposición volvió a poner sobre la mesa la invitación al jefe del Ejecutivo para sellar un pacto ante la delicada situación económica de España. Pero volvió a pinchar en hueso. Es más, se vio sorprendido por la calculada indiscreción de Rajoy de que han mantenido un encuentro secreto, cuyos resultados fueron nulos en lo que a los acuerdos se refiere. El presidente del Gobierno y el secretario general del PSOE se reunieron por primera vez el 15 de febrero en el Palacio de la Moncloa con luz y taquígrafos. Después, en marzo, antes de las elecciones andaluzas y asturianas, se produjo otro encuentro en La Moncloa, cuyo contenido se mantiene en reserva.

«Una cosa son las declaraciones públicas» a favor de trenzar pactos «y otra llegar a acuerdos», reprochó Rajoy a Rubalcaba durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso. El jefe del Ejecutivo está convencido de que la reiteración de mensajes pactistas del líder socialista, tres en los tres últimos días, son una cortina de humo para exteriorizar un talante conciliador que no tiene. Para muestra recordó que en su primera cita convinieron renovar el Tribunal Constitucional y el consejo de administración de RTVE antes del verano, «y usted me lo ha retrasado y me lo sigue retrasando, así que deje de predicar y empiece a dar trigo». Rubalcaba no pudo responder porque había consumido su turno de réplica. La portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, afirmó después que la culpa de que no avance esa negociación es del PP «por intereses electorales».

El presidente del Gobierno tampoco ha tomado en consideración, al menos por ahora, los llamamientos a reeditar los pactos de la Moncloa de la transición para hacer frente a una crisis económica también angustiosa. La petición ha llegado, incluso, desde sus propias filas, el presidente extremeño José Antonio Monago, es un firme defensor de los mismos. «El Gobierno -dijo Rajoy- sabe lo que tiene que hacer», su trabajo es resolver los problemas y gobernar, y si alguien quiere dar su apoyo será acogido con los brazos abiertos. Lo que no va a hacer, precisó, es plegarse a las demandas de fuerzas, como el PSOE, «que tienen menos apoyos» que el PP.

Piruetas

El jefe del Ejecutivo, de todos modos, huyó de la intransigencia y en la reunión que mantuvo con los diputados populares para explicar su agenda de reformas exhortó a sus compañeros a que lleguen a «entendimientos y acuerdos» con los socialistas a sabiendas de que será «difícil y complicado» porque se trata de convencer «a quienes nos han traído hasta aquí que hagan una pirueta» y asuman que hay que hacer «lo contrario» de lo que hicieron ellos. Rajoy, por su parte, se mostró dispuesto a dialogar siempre con el líder de la oposición. «He hablado con usted siempre que ha querido y estoy dispuesto a continuar hablando», comunicó a su oponente en el duelo del Congreso. La razón de fondo para no atender las invitaciones del líder socialista al acuerdo es la convicción de la imposibilidad de llegar a un entendimiento porque las posturas entre el Gobierno y la oposición sobre las fórmulas para reducir el déficit son irreconciliables. El ajuste de 10.000 millones en Sanidad y Educación es buena prueba de ello.

Rubalcaba, en cierta medida, compartió ese diagnóstico aunque defendió que hay algún resquicio para el entendimiento. «Entre el no sistemático de su oposición y el sí absoluto que ahora pretenden hay espacio para el diálogo y estamos dispuestos a explorarlo», afirmó el líder opositor, quien también subrayó que el PSOE tiene «líneas rojas que no traspasaremos», en referencia a los derechos básicos. El acuerdo, insistió, «fortalece al país y la confianza es lo que necesita España en este momento».