Rick Santorum, respaldado por su mujer y cuatro de sus hijos, anuncia su retirada en un hotel de Gettysburg, Pensilvania. :: JEFF SWENSEN / AFP
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La retirada de Santorum deja el camino libre a Romney para su nominación

Una posible alianza entre ambos a cambio de un puesto en el Gobierno aliviaría la recta final

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Rick Santorum, el hombre que le ha pisado a Mitt Romney los talones desde que empezó la eliminatoria republicana en Iowa el pasado 3 de enero, anunció ayer su retirada de la carrera presidencial. Con ello deja el camino libre al exgobernador de Massachusetts que es, hoy más que nunca, el hombre que probablemente se enfrente a Barack Obama el próximo 6 de noviembre.

No fue una retirada amistosa. Santorum no mencionó a Romney ni una sola vez durante su discurso, aunque le informó de su decisión antes de comparecer ante el público. Por el contrario terminó anunciando que aunque «la carrera presidencial se haya terminado para mí», la lucha continúa. «Seguiremos luchando por aquéllos que nos dieron aire bajo las alas y nos permitieron conseguir cosas que ningún analista político esperaba».

El exsenador de Pensilvania pasó en los 'caucus' de Iowa de ser el último en las encuestas a ganar al favorito por apenas 34 votos. Desde entonces su quimera ha cautivado a la ultraderecha y ha complicado la nominación de Romney. Con todo, Rick Santorum carecía de fondos y estructura para vencer al acaudalado empresario mormón que lleva dos campañas aspirando a la presidencia, como ya hiciera su padre.

Santorum esperaba recuperar terreno en las primarias de su Estado natal, Pensilvania, que se celebrarán el próximo 24, seguidas de varios estados del Sur donde ha demostrado fuerza. Sin embargo las encuestas anticipaban que podía sufrir una humillante derrota en casa, particularmente después de que ayer Romney anunciase una inversión de tres millones de dólares en anuncios para ese Estado.

Ante la posibilidad de ver su carrera política enterrada bajo la artillería televisiva que desmontó a otros rivales, Santorum ha preferido una salida honrosa. El exsenador ha atribuido la retirada a la enfermedad de su hija menor, Bella, que nació con una alteración genética peor que la del síndrome de Down, lo que limita sus posibilidades de vida a un año, aunque ya tenga tres. Bella estuvo ingresada el pasado fin de semana en el hospital, como ya viene siendo costumbre en su corta vida. El aspirante a la presidencia dice que aprovechó esa pausa en su campaña para decidir con su familia, «alrededor de la mesa de la cocina», que era hora de pasar más tiempo con ella. «Nuestro papel es ser los mejores padres posibles para nuestros hijos y tener un país donde el sueño americano sea posible», dijo lacónico.

Negociación

No mencionó las negociaciones que está manteniendo con Romney para darle su apoyo público. El virtual candidato republicano simplemente respondió con un comunicado en el que felicitaba a «ese digno rival» por la batalla que le ha dado. «Ha demostrado ser una importante voz en un nuestro partido y en nuestro país. Ambos reconocemos que lo más importante es dejar atrás los fracasos de los últimos tres años [de Gobierno de Obama)] y poner a EE UU de vuelta al camino de la prosperidad». La alianza entre ambos hombres, ya sea a cambio de la vicepresidencia, de una cartera de Gobierno o quién sabe qué, aliviaría la recta final de Romney, al que todavía le faltan casi 500 delgados para alcanzar los 1.144 que necesita para cerrar la nominación, según las cuentas de la CNN. El tercero en discordia, Newt Gingrich, aseguró el domingo que no se retirará hasta que los consiga. El exportavoz del Congreso podría beneficiarse ahora del voto anti Romney que impulsaba la candidatura de Santorum. Desde que ganó Carolina del Sur, Gingrich ha pedido a Santorum que se retire para consolidar el voto de esos conservadores descontentos con el político mormón que están dispuestos a votar por cualquiera menos Romney. Sin embargo, los analistas creen que a estas alturas puede ser demasiado tarde incluso para alguien que promete la Luna, literalmente.