Un nuevo atentado en el norte de Nigeria deja 38 muertos

El norte de Nigeria volvió a ser testigo ayer del terror en plenas celebraciones del Domingo de Resurreción. A primera hora de la mañana, un coche bomba estalló en una zona comercial de la ciudad de Kaduna, situada en la zona de Sardauna Cresent, y se cobró la vida de al menos 38 personas. Otras 35 resultaron heridas de gravedad. El atentado, sin embargo, no sorprendió a las autoridades, que a lo largo de la semana habían recibido advertencias de EE UU y Reino Unido sobre la posibilidad de que la secta islamista Boko Haram volviera a dirigir ataques contra las comunidades cristianas durante la Semana Santa.

El atentado, perpetrado por dos terroristas suicidas, devolvió a las mentes de los nigerianos las escenas de pánico vividas cuando Boko Haram se cobró la vida de otras 44 personas en Navidad con una serie de ataques contra iglesias. Ayer, el templo cristiano más próximo se encontraba a unos 500 metros del lugar donde se produjo la deflagración. «Es posible que los terroristas detonaran la bomba antes de tiempo, de camino hacia las iglesias cercanas», explicó un periodista local.

Mensaje del Papa

Pese a que se desconoce la autoría de los ataques, las autoridades apuntan a Boko Haram, que lucha por instaurar la sharia en el norte del país -de mayoría musulmana- y lleva a cabo una insurrección cada vez más sangrienta. Con unos 150 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos, Nigeria es víctima de múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales.

A fin de avanzar hacia la concordia y la convivencia pacífica, el presidente del país, Goodluck Jonathan, envió un mensaje de ánimo a sus ciudadanos para «superar todos los desafíos actuales». El Papa también tuvo palabras ayer para el gigante africano durante su misa de Pascua. « A Nigeria, que en los últimos tiempos ha sido escenario de ataques terroristas sangrientos, que la alegría pascual le infunda las energías necesarias para construir una sociedad pacífica y respetuosa de la libertad religiosa», dijo Benedicto XVI.

Mientras en Kaduna la Policía instalaba un cordón de seguridad para retirar los cadáveres de la explosión, el tejado de la iglesia católica de Cristo Rey -situada en el Estado norteño de Benue- se desplomaba y causaba la muerte de al menos 22 feligreses. Las autoridades descartaron que se tratara de otro acto terrorista y señalaron como posible causa a las fuertes lluvias.