«Hay que intentar que la gente venga a echar el día»

«El que no arriesga, no gana». Con esta frase resume el joven Javier Becerra la apuesta valiente que ha revolucionado el Mercado Central. Su idea de cocinar y servir sus platos a los clientes de la Plaza ha calado entre los detallistas, que apoyan un proyecto que podría cambiar el concepto del Mercado. «Hay que buscar la especialización y hay que intentar que la gente venga aquí a pasar el día además de comprar», apunta Becerra, que tiene claro que por ahí pasa el futuro comercial del edificio. El empresario, titulado en Cocina por la Escuela Juan Lara de El Puerto de Santa María, ya cuenta con una cocina propia en su puesto, donde elabora platos y postres caseros, ya que durante un tiempo ha trabajado como pastelero en la confitería La Gloria.

«De momento me estoy centrando en los guisos de temporada, como por ejemplo alcauciles rellenos que estoy preparando ahora, y también ofrezco postres, como arroz con leche y natillas», asegura el cocinero, que en los próximos días abrirá su puesto también en horario de tarde para intentar afrontar con más solvencia los inicios de su atrevida andadura.

Incentivar las ventas

Además, 'El cucharón de palo' también permite al cliente comprar sus productos en otros puestos y llevarlos para su elaboración. «De esta manera incentivamos las ventas de los compañeros», apuntó. También va a poner en marcha otras ofertas para trabajadores y estudiantes, que podrán comprar menús para cada día e incluso para todos los días de la semana.

Uno de los mayores atractivos de su negocio son los precios tan económicos con los que ha lanzado el negocio, ya que se pueden degustar tapas y raciones con precios que oscilan entre los dos y los cinco euros. «El edificio cuenta con unas posibilidades que los empresarios tenemos que aprovechar. No entiendo por qué no puedo poner aquí una barra para que mis clientes se puedan tomar aquí las tapas», agregó.