Juzgan a una familia de Sanlúcar a la que se incautó paracetamol y trankimazin

Tres miembros de una misma familia de Sanlúcar (la madre, la hija, y el novio de esta última) se sentarán en el banquillo de la Audiencia Provincial de Cádiz a mediados de mes, acusados de vender supuestamente cocaína y heroína desde la casa familiar. Sin embargo, en el registro policial que se llevó a cabo en la vivienda, en mayo de 2007, los agentes de Policía solo hallaron sobres de paracetamol y unos 24 comprimidos de antidepresivos (tipo trankimazin).

El juicio está señalado para el próximo 16 de abril en la Sección Cuarta del tribunal provincial, y además de los tres parientes, está acusado un hombre -Francisco A. S, alias 'El Cotón'- que se encargaba supuestamente de enlace entre los compradores de la droga y la pareja que vivía en la casa -Soraya A. D. y su novio Adrián F. D.-. Por último, la madre de Soraya -María D. G, alias 'La Maruja'- está acusada de ser supuestamente quien contactaba con los proveedores de la droga, según la Fiscalía, que pide para cada uno de ellos una pena de cuatro años y medio de cárcel por un delito contra la salud pública.

Los vecinos pidieron ayuda

El Ministerio Público relata en su escrito de acusación que la casa de esta familia (situada en la barriada Huerta de San Cayetano de Sanlúcar) se había convertido en un centro de venta de droga en la localidad, hasta el punto de que varios vecinos de los alrededores llegaron a solicitar al Defensor del Pueblo Andaluz que interviniera para poner fin a aquel foco de delincuencia. Finalmente, la Policía Nacional puso en marcha una operación en mayo de 2007 para desmantelar aquel supuesto punto de narcotráfico.

Durante aquel mes, los agentes montaron un dispositivo de vigilancia en el que comprobaron cómo se vendía en aquella vivienda: según el escrito fiscal, los compradores interesados en droga lanzaban una voz desde la calle para anunciar que querían comprar una cantidad. Ellos eran atendidos supuestamente por El Cotón, al que el Ministerio Público acusa también de ser el responsable de vigilar los alrededores de la vivienda ante posibles redadas. Además de esto, la familia tomaba fuertes precauciones, ya que para acceder a la casa, primero había que franquear una «reja metálica», luego subir unas escaleras y finalmente cruzar una puerta blindada (explica la Fiscalía en su escrito provisional).

Cuando los policías finalmente entraron y registraron la vivienda, el 22 de mayo de 2007, hallaron 388 euros en metálico, un bote de bicarbonato sódico, otro con 24 comprimidos de 'Trankimazín', un trozo «pequeño» de hachís (según el fiscal, menos de un gramo), 12 pastillas de un medicamento llamado Glucobay (para diabéticos), y 22 sobres de paracetamol, que según la Fiscalía, eran usados para «su actividad ilícita».

Además se decomisó un vehículo BMW, propiedad de Adrián F. D. y dos teléfonos móviles, así como una cámara de vídeo. «Todo producto de la actividad ilícita de los acusados», según la Fiscalía.

Sin embargo, ni en el registro, ni durante las detenciones se llegó a intervenir ninguna cantidad de cocaína o de heroína.