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Argentina clama contra el colonialismo
Cristina Fernández reclama la soberanía de las Malvinas en su discurso por los 30 años de la guerra
BUENOS AIRES. Actualizado: GuardarEl acto con el que ayer se celebraron los 30 años del desembarco militar argentino en las Malvinas sirvió a la presidenta Cristina Fernández para recordar que la invasión al archipiélago «no fue una decisión del pueblo argentino» sino de la dictadura militar (1976-83). Las palabras de la mandataria -que consideró «una injusticia que en pleno siglo XXI siga existiendo un enclave colonial»- cerraron la ceremonia que se realizó en Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego, a la que pertenecen las islas. Allí, ante autoridades de la región, excombatientes y familiares de los caídos, se inauguró un cenotafio y un muro con los nombres de los 649 muertos en combate.
La gobernadora provincial, Fabiana Ríos, aseguró que la muerte de esos soldados «no fue en vano» y que se honrará su entrega «peleando por la paz». Además de este sentido homenaje encabezado por Fernández, se desarrollaron actos, recitales y conciertos en ciudades y pueblos de todo el país, así como una marcha convocada en Buenos Aires por partidos de izquierda hasta la Embajada británica.
En Ushuaia, la presidenta denunció que «Reino Unido pretende hacer creer que lo del 2 de abril fue una decisión del pueblo argentino, pero fue apenas un intento (de la dictadura) de perpetuarse en el poder». Fernández hizo alusión al primer ministro británico, David Cameron, que había comentado que aquel día los habitantes de las islas «sufrieron un acto de agresión destinado a robarle su libertad». «Parece que (Cameron) no estaba enterado de que en ese momento estaba confiscada la libertad de todos los argentinos. Que había presos sin nombre en campos de concentración y desaparecidos que nunca volverían a aparecer», remarcó.
Rechazo a dialogar
Emocionada, recordó a los «miles de jóvenes que fueron a combatir sin los pertrechos ni la preparación suficiente, y a los cientos que dieron su vida», diferenciándolos del régimen que decidió la invasión. En este punto, dijo que la verdad de lo que ocurrió saldrá a la luz con la desclasificación del llamado 'Informe Rattenbach' que ella misma ordenó abrir y que ya fue publicado en Internet.
Ese informe, encargado por las Fuerzas Armadas a militares, revela las muchas atrocidades cometidas por los propios soldados en aquella aventura lanzada en las postrimerías de la dictadura, el 2 de abril de 1982, y que culminó el 10 de junio de ese mismo año con la rendición de Buenos Aires ante las tropas británicas.
Fernández anunció que el pasado viernes pidió también a la Cruz Roja Internacional que interceda ante Gran Bretaña para lograr la identificación de los restos de soldados argentinos e ingleses que están enterrados en el cementerio de las islas pero que no tienen una lápida con su nombre porque no fueron reconocidos.
«Es una injusticia que en pleno siglo XXI aún exista un enclave colonial» junto al continente americano, sentenció la mandataria al tiempo que recordó que de las 16 colonias que existen todavía en todo el mundo, 10 pertenecen a Reino Unido. «Resulta absurdo pretender un dominio a más de 14.000 kilómetros de ultramar, cuando claramente esas islas pertenecen a nuestra plataforma marítima», defendió.
La mandataria cuestionó asimismo el persistente incumplimiento de la resolución de la ONU que desde 1965 exhorta infructuosamente a Buenos Aires y a Londres a dialogar sobre la soberanía del archipiélago. La petición se reitera cada año a instancias de Argentina, pero Reino Unido la ignora.
«Parece que hay resoluciones de primera y resoluciones de segunda», ironizó la presidenta, y advirtió que «jamás habrá orden, derecho o seguridad internacional hasta que todos y cada uno de los países de la ONU respeten todas y cada una de las resoluciones». «No estamos reclamando más que el diálogo para discutir la soberanía respetando los intereses de los isleños», precisó. La presidenta negó que los argentinos vayan a faltar a ese compromiso: ¿Cómo no vamos a respetar los intereses de los isleños, si respetamos y recibimos con amor a cada extranjero que decida habitar este suelo?, se preguntó.