LA CERBATANA

ERRORES DEL DOCE

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Pasado ya el tan esperado día de la conmemoración del bicentenario de la Constitución aún nos resta todo un 2012 de acontecimientos, exposiciones y congresos. Así nos lo dijeron. Inauguraciones, pocas. Este Bicentenario habrá servido para convertirnos en pequeños expertos sobre la materia; de tal manera que, cuando vienen de fuera para hablarnos de ella, véase el caso del periodista Ignacio Ramonet la pasada semana en las Tertulias de La Pepa, nos aburre.

Así, también nos encontramos, como en el pasatiempo de las siete diferencias, testeando y escudriñando los numerosos errores que tanto en publicaciones nacionales y locales o en guías de dudosa rigurosidad se han venido repitiendo.

Un error frecuentísimo es colocar como diputado doceañista al político, escritor y sempiterno conspirador gaditano Antonio Alcalá Galiano (1789-1865), hijo del ilustre marino egabrense, Dionisio, fallecido en la Batalla de Trafalgar (1805). Esta confusión se hace más patente dado que en la parte posterior de nuestro Monumento a Las Cortes nos encontramos sus apellidos y que vivió in situ en Cádiz durante la época del asedio francés. Así lo dejó recogido en excelentes libros de memorias. Será otro Antonio Alcalá Galiano (1762-1826) el que sí fuera diputado doceañista por Córdoba.

En algunas publicaciones también hemos visto cómo, erróneamente, para ilustrar la efeméride constitucional gaditana han situado el cuadro de Casado de Alisal «El juramento de las Cortes de Cádiz de 1810» que preside el hemiciclo del Congreso de los Diputados. La escena que reproduce el pintor tuvo lugar el 24 de septiembre de 1810 en la Iglesia Mayor de la Real Isla de León.

Lo que aún nos queda sin aclarar es si realmente la población gaditana se echó a la calle aquel 19 de marzo o pasó más bien desapercibida la promulgación de la Constitución. De Castro y Solís nos hablan de que «hervía la ciudad en alborozo» y de «enfervorizada multitud», respectivamente. En cambio, algunos creen que, ni mucho menos, fue realmente así.