ELIGIENDO RIVAL

La temporada del Cádiz está siendo tan cómoda y está sufriendo tan pocos sobresaltos que durante esta Semana Santa el cadismo se va a dedicar exclusivamente a dos cuestiones. Los más capillitas, a que el tiempo acompañe y la procesión magna del Sábado Santo sea un éxito.

Los más futboleros andan inmersos en un debate un tanto más peculiar porque se trata de ir buscándole el rival más adecuado al equipo de Jose González en el primer capítulo de la fase de ascenso. Ese enfrentamiento a doble partido que te permite ascender a Segunda A por la vía rápida y evitarte cualquier disgusto mayúsculo con un rival a priori inferior en una segunda eliminatoria. Hay dos equipos que los más pesimistas no quieren ver ni en pintura. El mediático y viejo conocido Mirandés, que ya le dio un buen repaso al Cádiz la pasada temporada, y el Real Madrid Castilla, plantilla fabricada para jugar al fútbol, que no arrastra aficionados a su campo ni a los desplazamientos, pero que como tenga una tarde inspirada te hace un roto del que ya no te puedes recuperar. Hay un plantel que los más optimistas dibujan como el idóneo para ascender a las primeras de cambio, el Atlético Baleares. Amo y señor del Grupo III es la perita más dulce de cuantas están ahora al alcance del equipo amarillo. Al menos, a priori porque después, sobre el terreno, tampoco habrá que fiarse un pelo del conjunto mallorquín. Estos pronósticos están al alcance del aficionado porque el Cádiz ha hecho sus deberes con tiempo aunque durante toda la campaña haya dejado un cierto regusto a equipo al que le hace falta un duro examen para conocer exactamente cuál es su potencial. Con esa incógnita nos vamos a quedar esperando hasta que el próximo mes de mayo esta entidad se juegue, además de un necesario ascenso, su existencia económica de cara a un futuro que ya está a la vuelta de la esquina.