El político de Dundee, George Galloway, celebra la victoria «más sensacional» en el escaño de Bradford Oeste. :: AFP
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El comunista y proárabe Galloway vuelve a escena

Los laboristas sufren una catastrófica derrota en una circunscripción con una población mayoritara musulmana

LONDRES. Actualizado: Guardar
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«Por la gracia de Dios, hemos ganado la victoria más sensacional en la historia política británica», escribió en la noche del jueves, en su cuenta de Twitter, George Galloway, tras ser confirmado como el nuevo diputado por la circunscripción de Bradford Oeste en la Cámara de los Comunes. Ganó por más de diez mil votos -18.341 contra 8.201- a su rival más cercano, el abogado Imran Hussain, candidato de un Partido Laborista que representó al distrito desde los años setenta y que, a pesar de su hundimiento en las últimas elecciones generales, en 2010, había conservado el escaño aumentando los votos que obtuvo en 2005.

La elección se celebró para sustituir a Marsha Singh, retirado por enfermedad, y es la prueba, según Galloway, de «un maremoto» de descontento por los grandes partidos. Los laboristas han perdido más de veinte puntos porcentuales en dos años; los conservadores, casi 23; los liberal-demócratas no alcanzaron el 5% que da derecho a recuperar el dinero que deposita el candidato.

Los principales partidos pueden preguntarse si el resultado refleja la extensión de un descontento hacia el sistema político -la participación, del 50%, cayó quince puntos con respecto a 2010-, pero los laboristas, que encajan un rechazo desastroso para un partido en la oposición cuando el Gobierno toma decisiones económicas impopulares, achacan el resultado a subestimar una amenaza familiar.

George Galloway se convirtió a los 27 años en el más joven organizador de la historia laborista escocesa en su ciudad natal, Dundee, y hasta su expulsión, en 2003, fue un militante incómodo, que invitaba a los comunistas a entrar en el principal partido de la izquierda, desafiaba la política oficial y mostró finalmente un desprecio público insistente a Tony Blair.

Su currículum combina una ideología de extrema izquierda -apoyo a la Unión Soviética, a Fidel Castro y a Sadam Hussein- con numerosos pleitos contra quienes le acusaron de financiación ilegal o ilegítima y actuaciones estelares en el comité del Senado de Estados Unidos que investigaba si recibió donaciones de Hussein o en el programa de televisión 'Gran Hermano'.

Su popularidad mediática le ofreció en 2005 una plataforma para arrebatar el escaño a la diputada laborista por el distrito londinense de Bethnal Green y Bow, donde hay, junto a Bradford West, la mayor concentración de población procedente de Pakistán y Bangladesh en Reino Unido. La invasión de Irak le dio una coartada para una estrategia electoral exitosa.

Mientras los demás partidos presentaron candidatos de origen asiático que aceptaban las políticas convencionales británicas, Galloway formó un nuevo partido, Respect (Respeto), y se alió con grupos locales y el trostkista Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) para fomentar una campaña populista que combinó el reclamo a los votantes musulmanes con la oposición a la guerra.

En Bradford Oeste, la guerra ya no podía actuar como un estímulo militante. Galloway apeló a la población más joven del país, salvo en zonas de Londres, achacando el alto desempleo y las malas escuelas al abandono laborista. Bradford fue un gran centro textil pero ha sufrido un largo proceso de desindustrialización que afecta especialmente a algunas áreas del oeste.

Salvar el cine Odeon del derribo ha sido un tema central de la campaña de Galloway, que prometió que, tras su elección, visitará a sus amigos «en un par de fondos soberanos» de países de Oriente Próximo que estarían en deuda con él por sus campañas políticas, y les pedirá que financien la construcción de un Instituto Árabe-Británico como el que tiene París al borde del Sena.