El Gobierno sube un 7% la luz y un 5% el gas a los usuarios domésticos
Los consumidores y las compañías eléctricas tradicionales rechazan cargar con las medidas destinadas a contener el déficit
MADRID. Actualizado: GuardarLos presupuestos domésticos van a sufrir otro duro golpe. Se confirmaron los peores pronósticos y el Gobierno ha decidido subir, desde el 1 de abril, un 7% el recibo de la luz que pagan 18 millones de usuarios y el 5% como media la factura del gas. El ministro de Industria, José Manuel Soria, lo justificó en la necesidad de cubrir el desajuste entre costes e ingresos que se ha venido produciendo en 2011 y los meses transcurridos de este año, y explicó que los agentes del sector contribuirán con una reducción de 1.700 millones en sus retribuciones.
El anuncio oficial de los incrementos de la electricidad y el gas desató airadas protestas de los consumidores y de las empresas eléctricas tradicionales. Asociaciones de usuarios denunciaron el «daño brutal» que los incrementos van a suponer para las menguadas finanzas domésticas, y la asociación que agrupa a las compañías advirtió de que el camino emprendido por el Gobierno permite que las empresas menos eficientes «sigan disfrutando de una rentabilidad privilegiada y de consumo obligatorio, mientras las más eficientes se ven obligadas a parar». «El ajuste del déficit de tarifa -se quejó Unesa- recae únicamente en nuestras empresas y en los consumidores».
El reparto
Aunque hace dos años una ley puso tope anual a los déficit, ese techo saltó por los aires en el pasado ejercicio. Ya asciende a un importe acumulado de 24.000 millones y, de no ponerle remedio, hubiera proseguido la escalada este año. A requerimiento de las eléctricas, el Tribunal Supremo dispuso que las normas están para cumplirlas.
Soria detalló que en la electricidad era urgente cubrir un 'agujero' estimado en 3.147 millones, y para ello se ha procedido a incrementar los peajes o parte regulada de la tarifa, en un 21%. Como el aumento de los usuarios domésticos irá acompañado de alzas del 4,1% en la parte que pagan las pequeñas y medianas empresas, del 2,78% en las que afectan a la mediana industria y de tan solo el 0,91% en la gran industria, se espera que todos ellos contribuyan con 1.382 millones a la corrección del desfase.
Los agentes del sector aportarán 1.700 millones adicionales, que se recortarán de su retribución. A las eléctricas les corresponden 1.300 millones de esa cifra. Por eso tendrán que renunciar a 688 millones en los pagos de la distribución, que ascienden a un importe de 5.500 millones anuales y van a sufrir un recorte del 10% (84 millones) en los importes que reciben a cambio de tener centrales de generación disponibles, algo indispensable como alternativa a las renovables.
La transportista Red Eléctrica mantendrá la retribución, pero se retrasará la correspondiente a las inversiones de 2011, que asciende a 200 millones, para su pago en 2013. Así se explica que, en la Bolsa, tanto las acciones de esta compañía como las de Enagás, transportista del sistema gasista, lideraran los incrementos del Ibex-35, con aumentos del 4,19% y 3,96%, respectivamente. El resto de los ahorros del sector eléctrico conseguirá abonando 56 millones menos a las empresas que aceptan desconectarse de la red en las horas punta, y rebajando en 46 millones (un 10%) las subvenciones al carbón. La Comisión Nacional de la Energía se verá privada de un remanente de 60 millones de su presupuesto y también se echará mano de 613 millones acumulados en el Instituto de Diversificación y Ahorro Energético. Otros 197 millones procederán de ajustes contables.
En el sector del gas, donde ya se registra un déficit todavía moderado de unos 300 millones, las tarifas subirán un 5% de media, y se paraliza la construcción de nuevas infraestructuras como las nuevas plantas de regasificación en la península, la suspensión de las autorizaciones administrativas de gasoductos planificados. También se modifica la retribución de los almacenamientos subterráneos. Las asociaciones de consumidores manifestaron su más radical protesta por lo que consideran una agresión a las economías domésticas, que se produce en momentos de «extraordinarias dificultades». La portavoz de OCU puso de relieve, además, que las fuertes subidas que ahora se aplican no resuelven los problemas de fondo, e irán seguidas de nuevos aumentos.
En realidad, el complejo sistema de fijación de tarifas ha permitido 'limitar' la subida de la parte regulada al 21% porque el otro componente, el precio de la electricidad, bajó el 7,1% en la subasta realizada en el mercado mayorista. Cuando este factor vuelva a subir -lo que ocurre dos veces al año, en función de la demanda futura- la escalada de la tarifa doméstica, alertan los consumidores, será imparable. El ministro salió al paso a esta interpretación calculando que el reparto de los ajustes entre consumidores, las empresas y la administración ya ha impedido tener en este caso subir la luz en más de un 30%. Para poner coto a los aumentos anunció que las medidas adoptadas «son el primer paso de una reforma profunda».