Con el agua al cuello

¿Se imaginan a Casey Stoner o a Fernando Alonso pasando las de Caín para competir en el Campeonato del Mundo de Motociclismo o Fórmula Uno? No sería normal teniendo en cuenta los beneficios de estas citas deportivas, unas cantidades de dinero desorbitantes que desaparecen cuando bajamos algunos peldaños. Los pilotos jerezano Raúl García y Diego Narbona pueden dar fe de ello. Uno compite en motociclismo y otro en automovilismo pero la realidad es la misma; no hay dinero para competir, a pesar de que se lo hayan ganado con esfuerzo sobre la pista.

Después de haber ganado el Campeonato de Andalucía de Velocidad en la categoría Stock Extreme, Raúl García se atreve a dar el salto y competir -debuta hoy- en el CEV Buckler con una Kawasaki Zx10R que le ha costado lo suyo adquirir. El piloto, que por su condición de campeón regional se convirtió este año en piloto oficial Dunlop, asegura que «tras la pretemporada realizada en Albacete y Valencia el año se plantea con muy buenas expectativas y mucha ilusión. Intentaremos estar lo más arriba posible en la primera mitad de temporada y luchar por el podio en la segunda cuando tengamos más kilómetros y a ser posible más presupuesto ya que a día de hoy el presupuesto es cero». Víctima de una realidad, la de la falta de recursos en Andalucía, donde la ayuda es «nula, y parece que en esta tierra no hay lugar para los pilotos». Y todo, a pesar de que, recuerda García, «el CEV Buckler se retransmitirá en directo en la cadena de Mediaset Energy y los espectadores que asisten a los circuitos rondan los 70.000, una cifra muy parecida a las de un campo de fútbol. Esperamos que con la ayuda de los medios de comunicación, el esfuerzo y los resultados podamos seguir adelante y conseguir nuestro objetivo, que no es otro que llegar a lo más alto posible».

De motos, a coches

Estos problemas no le son ajenos a Diego Narbona. El actual campeón de España de Resistencia en la categoría D1 espera solucionar los problemas presupuestarios que sufre para acudir al circuito de Los Arcos (Navarra) y disputar la primera prueba de este año en la Copa de España. Narbona, campeón también en la edición de 2010, asegura que su equipo aún no tiene «cerrada la participación» debido a que el coche «no está terminado» porque el dinero necesario «está llegando a cuentagotas» para afrontar el proyecto. El piloto del equipo DNG Sport necesita ahora cubrir la mitad del presupuesto para asegurar toda la temporada, que presenta en su calendario seis carreras.

Eso sí, Narbona quiere ser «optimista» porque, tras la carrera inaugural, la siguiente llegará en junio y considera que hay «suficiente tiempo» para esperar que las empresas que ahora se plantean «entrar en el proyecto lo hagan finalmente». Además, le resultaría «paradójico» no defender el campeonato logrado en 2011, aunque también reconoce que en el equipo son «conscientes de las dificultades económicas y de la actual situación». Su coche, un Ford Fiesta 1.600 ST, es «exactamente el mismo» de 2011 sin haber trabajado en «ninguna evolución» desde la pasada temporada. El problema que sufre Narbona se debe a que «faltan piezas», ya que «un coche de competición tiene bastante desgaste», ha señalado el piloto andaluz, quien ha reconocido que acabar campeón el año pasado «costó bastante» y que las dos últimas carreras las hicieron «con el agua al cuello».