Mourinho e Iker Casillas, durante el entrenamiento de ayer del Real Madrid. :: BALLESTEROS / EFE
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El Madrid, en territorio hostil y sacudido por la polémica

«La historia de Casillas es buena, pero no existe», asegura Mourinho, con los planes trastocados en Pamplona

MADRID. Actualizado: Guardar
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En territorio hostil, el temido Reyno de Navarra, y sacudido por una nueva polémica, ahora por el desencuentro entre José Mourinho y Casillas, el Real Madrid abre a partir de hoy una fase decisiva del campeonato, obligado frente a Osasuna a recuperarse de su mala racha a domicilio para no complicarse la Liga. Necesitado de la victoria en una jornada que se presume clave y con la moral revitalizada tras las goleadas ante la Real y el Apoel, pero también con los planes de Mourinho trastocados por la baja por enfermedad de Khedira y la lesión de Lass en un choque de máxima exigencia y presión para el líder. Di María regresa un mes y medio después, pero también faltará el sancionado Pepe.

El Madrid afronta una de las salidas a priori más complicadas de la temporada, y Mourinho, preocupado por la motivación extra de Osasuna siempre que se enfrenta a este enemigo y por el caldeado ambiente de Pamplona, decidió ayer suavizar los ánimos, alabar al conjunto local y augurar «un partido muy difícil ante un rival que sabe a lo que juega». El técnico portugués recordó que la pasada campaña Osasuna ganó con justicia (1-0) porque los rojillos fueron «más rápidos» y «más fuertes» que los blancos, y que el Madrid «tiene que intentar hacer un buen partido y ganar». Deberá hacerlo mermado en el centro del campo, donde se planteará la verdadera batalla, ya que faltará el habitual compañero de Xabi Alonso en la contención.

No estarán ni Khedira (faringoamigdalitis bacteriana aguda) ni Lass (sobrecarga muscular), y Mourinho se enfrenta así a una situación novedosa, cuando Osasuna promete ser, en palabras de Patxi Puñal, «un equipo incómodo que apretará mucho y dejará pocos espacios en el campo». En el Reyno de Navarra ya perdió el Barça (3-2) y Osasuna recibe pletórico a un Madrid que vuelve a estar en el ojo del huracán ahora que ha perdido fútbol y ha cedido terreno sobre los azulgrana, aunque su ventaja sigue siendo importante. Sin acallarse los ecos de las quejas arbitrales, se destapa un conflicto creciente entre Mourinho y Casillas, y el entrenador tiene que volver a jugar dentro y fuera de los terrenos de juego. Tres días después de ser levantada la ley del silencio impuesta tras el empate ante el Villarreal, Mourinho, de nuevo de buen talante y bastante comedido, argumentó los motivos que llevaron a no realizar declaraciones, aunque no fue tan convincente en el 'caso Casillas'.

Se le preguntó si consideraba al capitán madridista el mejor portero del mundo y Mourinho prefirió no dedicar ese calificativo al guardameta, a quien ya castigó en el Trofeo Bernabéu por llamar por teléfono a su amigo Xavi después de la Supercopa. Lógicamente, sí desmintió que su relación con Casillas sea mala y que haya pedido otro guardameta, como han filtrado personas cercanas al técnico. «Mi entorno no existe. Gente que habla o que se titula como mi entorno no existe. Pueden hablar de mis temas privados o de mi vida social, pero a nivel deportivo no tengo entorno. La historia de Casillas es una buena historia, pero no existe. No tengo ningún problema con él ni con nadie», garantizó. De igual manera, negó que haya negociado ya con el Manchester City.

También desveló que él solicitó que el Madrid pudiese retrasar este partido, para tener más descanso, pero que su petición no tuvo éxito: «Nos han dicho que era imposible jugar el domingo, porque iba a jugar el Barcelona contra el Athletic». Y al justificar las razones de la ley del silencio, una frase demoledora hacia los periodistas: «La temporada pasada, tras la semifinales de la 'Champions', salimos, abrimos el corazón y vosotros nos matasteis».