Dolores, vaticinio de una Pasión
Montajes de pasos, conciertos y besamanos marcan una jornada que se dejó sentir en las calles y establecimientos La ciudad vive su último viernes de Cuaresma inmersa en preparativos y cultos
Actualizado: GuardarUna joven pasea con su perro por la calle Pelota. No hay nada en su indumentaria o sus ademanes que la hagan diferente. Si no fuera, eso sí, por que en su mano izquierda lleva un capirote y un antifaz de raso morado. A unos metros de distancia, en San Juan de Dios, los obreros se afanan en colocar cemento de nuevo en el nudo con Sopranis. En Ancha, las vallas comienzan a tomar la calle; los reposteros, los balcones. Los palcos ya están listos en Palillero, incluidos los galones de la tribuna. Cádiz en general tiene un ambiente especial, un olor a azahar, una nebulosa a vísperas cofrades, por encima de cielos nublados. La ciudad vive su jornada de Viernes de Dolores entre la ilusión de lo que llega y la tensión venida del cielo.
El ambiente cofrade se hizo sentir ayer con fuerza en Cádiz. Cultos y besamanos salpicaron una jornada en la que desatacó la Virgen de los Dolores de Servitas, Jesús Caído, Columna o El Perdón con el traslado a su paso. La Orden celebró ayer su función principal en San Lorenzo en la que dejó manifiesta su sobriedad y elegancia. Una jornada muy especial se vivió en San Antonio con el besapié al Señor de la Columna. Tras la reja del Sagrario, la imponente talla recibió a cofrades y devotos en un acto que se saboreó como excepcional y extraordinario. Jesús Caído también celebró ayer su últimos cultos antes de la salida del Martes Santo. La imagen estuvo expuesta durante toda la jornada en besamano, en el altar de San José de la iglesia de San Francisco. Ambas cofradías terminaron sus actos con sendos Vía Crucis en el interior de sus respectivos templos. El día terminó con un concierto en el Teatro Falla de la banda Enrique Galán en el que se recuperaron marchas del Archivo Municipal.
Lo cierto es que el ambiente de Viernes de Dolores estuvo bien presente en la calle. Los colegios volvieron a protagonizar la mañana con sus visitas a las iglesias. La residencia de ancianos Fragela llegó incluso a realizar una procesión. Mientras, en el Gallego y en la Panadería de Compañía vendían torrijas y roscos de Semana Santa a espuertas. Las fuentes lucirían vacías al final del día. Eso por no hablar del género de empanadas de atún, caballa o cualquier alimento que no fuera carne. Y es que ayer era vigilia. Aunque solo se acordaran los más mayores que no comer carne es precepto.