EL CANDELERO

GRANDE, MUY GRANDE...

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Nuestra Semana Santa será lo que nosotros queramos que sea. Esto no es una cuestión de comparaciones, que por otro lado siempre resultan odiosas, ni de envidias, ni de cerrar las puertas de la ciudad en Cortadura para que no entre nada de fuera. Esto es cuestión de nosotros mismos, de nadie más. El respeto a lo que se hace tiene que partir necesariamente de las personas que participamos en las salidas procesionales; de todos los que participamos, independientemente del sitio que ocupemos. No es preciso ser una cofradía de negro para hacer las cosas con suficiente respeto y decoro. Ésta es la premisa, la base para que las personas que no participen en la salida procesional, empiecen a respetar y lo que es más importante, a contribuir a que nuestra Semana Santa sea realmente una fiesta grande.

El cofrade principalmente verá o deberá ver la perspectiva religiosa en las salidas procesionales aunque no desdeñe la estética y la cultural. No siendo exigible que todas las personas compartan este punto de vista, lo que sí debería serlo es que todos aquéllos que viven en Cádiz busquen lo mejor para la ciudad en todos los sentidos. La Semana Santa no es el Carnaval, no es ni mejor ni peor, es sencillamente diferente y no cabe la menor duda de que se trata de algo serio que no deja de ser importante para la imagen que se pueda aportar de la ciudad. Porque Cádiz, Cádiz es heterogénea y plural, siempre lo ha sido. Y precisamente en esa heterogeneidad reside su grandeza y su propia belleza. Hacer cada uno lo que esté en nuestra mano para tener una Semana Santa espléndida, no deja de ser de la más elemental. Aunque sólo sea como fenómeno cultural, turístico y con trascendencia económica, la Semana Santa está ahí. Es innegable, gustará más o menos pero está ahí y beneficia mucho a la ciudad.

Que esta tierra, esta maravillosa tierra y nosotros, sus gentes, el noble pueblo de Cádiz, seamos capaces de crear y recrear nuestra Semana Santa. Estamos a muy pocos días de que el milagro de un nuevo Domingo de Ramos vuelva a despertar. Empecemos por los pequeños detalles que se harán enormes persona a persona. Hagámosla grande, muy grande, inmensamente grande. Y a disfrutar.¡Ya está aquí la Semana Santa, nuestra Semana Santa!