Rajoy anuncia un 'tijeretazo' del gasto público mayor del que estaba previsto
El presidente del Gobierno anuncia que el presupuesto incluirá una reducción del gasto del 15% en todos los departamentos
SEÚL. Actualizado: GuardarMariano Rajoy avisó que el recorte del gasto en los Presupuestos que se aprueban el viernes será aún mayor de lo previsto. El Gobierno revisa una y otra vez las fórmulas posibles para recortar unos 35.000 millones de euros. Un ahorro irrenunciable si España quiere cumplir con el objetivo de cerrar este año con un déficit del 5,3%, un compromiso ineludible que España cerró a principios de mes con la Unión Europea.
El presidente del Gobierno anunció ayer durante una comparecencia en Seúl, para dar cuenta de su participación en la II Cumbre de Seguridad Nuclear que los Presupuestos para este año serán «muy austeros» e incluirán un recorte del 15% de media en el gasto de todos los ministerios. Un porcentaje que supone un incremento de dos puntos y medio con respecto a lo anunciado por el propio Rajoy hace dos semanas, cuando habló de un ajuste del 12,5%.
Pero el ahorro del 15% en el gasto ministerial es claramente insuficiente para recortar los 35.000 millones de euros. El presidente eludió ofrecer más detalles sobre las cuentas públicas que recibirán este viernes la luz verde del Consejo de Ministros. Sí descartó bajar el sueldo a los funcionarios públicos, aunque dejó claro que mantendrá congeladas sus retribuciones. «Intentaremos no dañar más al consumo» , apostilló. En esta línea descartó la subida del IVA y de los impuestos especiales sobre el alcohol, tabaco y carburantes. No cerró la puerta, en cambio, a incrementar la presión fiscal por otras vías que no detalló.
En España, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, fue apenas un poco más preciso y anunció «reformas parciales dentro de los grandes impuestos» y distribuciones «más equilibradas y mejor ponderadas» de la carga fiscal entre las empresas y los ciudadanos. Una posible alusión a la desaparición o reducción de ciertas deducciones en el impuesto de sociedades, y quizás un recargo en los tipos más altos del IRPF.
Pero Montoro tampoco enseñó las cartas y señaló que el Gobierno descarta los cambios tributarios que «perjudiquen el crecimiento económico y la creación de empleo». Por tanto, añadió, no se contempla «subir ninguno de los grandes impuestos» porque «estamos en recesión» y no es factible aumentar la carga fiscal pues contraería el consumo y agravaría la recesión.
Serenidad
Rajoy, entre tanto, prolongó medio día más su estancia en Seúl para acudir a la Casa Azul, sede de la Presidencia del Gobierno de Corea del Sur y donde se entrevistará con Lee Myung-bak. Lo hará a menos de 48 horas de afrontar su primera huelga general «con serenidad». El jefe del Ejecutivo aplicará hasta el final la estrategia de evitar la confrontación con los sindicatos y, como él mismo reconoce, rehuirá los titulares grandilocuentes tipo «el Gobierno no cambiará nada de la reforma». Lo que sí tiene claro es que el paro «no va a solucionar los problemas». En cuanto a si espera un respaldo masivo o minoritario a la huelga se quedó en la ortodoxa reflexión de que «los sindicatos están en su derecho a convocarla, y punto».
Rajoy se marchó «muy satisfecho» de la Cumbre de Seúl, donde España ha reiterado ante el pleno de la cumbre la necesidad de conformar una «arquitectura global» para evitar que las organizaciones terroristas tengan acceso al armamento nuclear. El presidente aprovechó además su primera estancia oficial en Asia para mantener ocho encuentros bilaterales, algunos de gran importancia, según fuentes de la delegación oficial.
Uno de los que más morbo despertó fue el cara a cara con el primer ministro italiano, Mario Monti, solicitado por el Gobierno romano. El encuentro se produjo tan solo unos días después de que el gobernante transalpino alertara sobre una supuesta relajación de España en los objetivos de déficit que podría arrastrar al abismo a otros países de la Unión Europea. Estas declaraciones escocieron mucho en el Gobierno, porque coincidieron con nuevas turbulencias en el mercado de deuda.
«Malentendido»
Monti se excusó ante Rajoy por lo que calificó de «malentendido» y aseguró que sus palabras «se malinterpretaron». Aclaró que lo que quiso decir es que todos los países que están «monitorizados» por la Unión Europea tenían que estar «atentos y no relajarse» en sus esfuerzos para controlar el déficit; es decir, que hizo una valoración general y no centrada en España. Rajoy aceptó la explicación y pasó página.
Al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, le prometió que España mantendrá el mismo «compromiso político» con la Alianza de las Civilizaciones, aunque no su aportación económica a este foro que impulsó su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, según relataron fuentes del Ejecutivo. «Estamos en un momento de fuertes restricciones presupuestarias», informó Rajoy a Ki Moon.
Con el presidente del Consejo Europeo, Hermann Van Rompuy, abordó la necesidad de otorgar a España una representación en las instituciones europeas acorde con su peso específico dentro de la UE. Reclamó, en concreto, las presidencias del Fondo de Rescate y del Eurogrupo. Más complicada parece estar la sustitución de José Manuel González Páramo en la cúpula del Banco Central Europeo por el también español Antonio Sainz de Vicuña.