La provincia lidera de nuevo las incautaciones de hachís en España
El 44% de la droga requisada en 2011 fue arrebatada a los narcos en suelo gaditano, que no abandona su condición de puerta de entrada
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEl fiscal especial antidroga, José Ramón Noreña, compareció ayer ante la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas, celebrada en el Congreso de los Diputados, donde hizo un repaso del panorama actual de lucha contra el narcotráfico y el papel desempeñado en la misma por parte de la Fiscalía especial.
Noreña ofreció datos sobre la cantidad de sustancias incautadas durante el último año en el país. La lista está encabezada por el hachís, del que se aprehendieron 355.900 kilogramos. Las mayores partidas fueron localizadas en las provincias de Cádiz , Málaga y Huelva. Esta zona vuelve a liderar las incautaciones de esta sustancia al concentrar el 44,6% del hachís requisado en España (156 de las 355 toneladas). Un balance que ya fue adelantado por este periódico días atrás.
«La entrada principal es por vía marítima y en concreto a través de las costas andaluzas», explicó el fiscal quien subrayó la existencia de una disminución de producción en Marruecos y ha anunciado un mayor éxito de la vigilancia costera del servicio de vigilancia exterior.
El segundo puesto en la clasificación de incautaciones es para la cocaína, sustancia de la que se incautaron 16.608 kilos en 2011. «Destacan en este caso Madrid, Valencia, Barcelona y Cádiz». En la provincia gaditana se intervino el 11,7% del total (1.947 kilos). España fue el primer país de Europa en incautaciones de este estupefaciente y el séptimo del mundo. No obstante, Noreña aseguró ayer que «no es exacto» que constituya el centro de distribución para toda Europa sino que los datos apuntan al norte de Europa como otro importante punto de entrada.
El fiscal especial ha mostrado además su preocupación por las cantidades incautadas de heroína, que pasaron de los 213 kilos de 2010 a 412 en 2011. «Parece suponer un repunte en el consumo disminuyendo el habitual de los ochenta, la jeringuilla, frente a otros modos de consumo».