Sociedad

James Cameron toca fondo

El director de 'Avatar' es ya el primer hombre que viaja en solitario al lugar más profundo del mar, a 11.000 metros en la fosa de las Marianas

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Primero hundió el 'Titanic' y ahora se ha sumergido a sí mismo en lo más profundo del océano. El director de cine James Cameron se convirtió ayer en el tercer hombre en alcanzar el final del mayor de los abismos marinos, un oscuro y tenebroso lugar situado a 11.000 metros de profundidad en la fosa de las Marianas. «Nunca sentó tan bien tocar fondo», ironizó el cineasta y aventurero al alcanzar su objetivo. La gesta del realizador canadiense tiene el mérito añadido de haberse completado en un viaje en solitario, sin más compañía que el sumergible con el que se zambulló en el agua. Para los expertos en oceanografía, la hazaña resulta «más difícil que poner a un hombre en la Luna». Misión cumplida.

Pero, ¿qué hace Cameron ahí abajo? Nada que tenga que ver con el reestreno, el próximo mes, de la versión en 3D de 'Titanic' ni con la promoción de la segunda parte de 'Avatar', la película más taquillera de la historia, que se desarrollará en un mundo submarino. La operación 'Deepsea Challenge' ('Desafío profundidad marina') se puso en marcha con el doble objetivo de rodar un documental y conocer algo más sobre la vida en el punto más recóndito del planeta. La firma de relojes 'Rolex' y la revista 'National Geographic' patrocinaron la aventura.

¿Qué tiene de especial la fosa de las Marianas? La plena oscuridad y el misterio que supone que vivan allí, según se cree, dos de cada tres especies animales, todas desconocidas. El destino de Cameron ha sido un gran cañón en forma de luna menguante situado en el océano Pacífico, al sudoeste de las islas Guam, que pertenecen a Estados Unidos. El teniente de la Marina Don Walsh y el oceanógrafo suizo Jacques Piccard, ya fallecido, fueron los primeros en adentrarse en ese mundo, en 1960. Lo lograron a bordo de un rudimentario batiscafo construido de forma artesanal.

¿Y qué narices hay ahí abajo? El oceanógrafo Juan Acosta, investigador del Instituto Español de Oceanografía, asegura que el ambiente en la zona es el «más extremo» que se da en la Tierra. Alta presión, oscuridad total, temperaturas cercanas a la congelación. Los bichos que allí viven se alimentan de lo que llaman nieve marina, los restos de materia orgánica que les van cayendo. Las palabras del experto dan una idea de la proeza del cineasta. «Conocer lo más elemental de ese entorno es más difícil que poner un hombre en la Luna; y no digamos bajar en solitario con un submarino, investigar y hacer fotografías».

¿Quieren saber cómo le fue a Cameron? El realizador descendió a bordo de su minisubmarino, una nave de siete metros de altura con capacidad para una sola persona y diseñada para descender en vertical. El tripulante, de 57 años, se había preparado para la misión durante siete años, corriendo varios kilómetros al día y practicando yoga para aumentar su flexibilidad. El submarino estaba equipado con un robot articulado y varias minicámaras. Permaneció dos horas y media en el fondo del mar, recogió una muestra de terreno -parte de la cual se perdió al volver- y lo grabó todo.

Una auténtica epopeya. ¿Se imaginan cómo se encuentra él? Nada más llegar al final de la fosa escribió para la red social de Twitter. «No veo la hora de poder compartir lo que estoy viendo con vosotros», adelantó. Ya está trabajando. El resto de lo que vio y encontró en las Marianas se conocerá con el tiempo. Cuando se estrene la película, en 3D, que luego emitirá 'National Geographic'.