Economia

Italia ataca a España para librar a su deuda soberana de la presión de los inversores

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, subraya su confianza en las medidas económicas de Rajoy

MADRID. Actualizado: Guardar
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Donde dije «gran preocupación», ahora digo «plena confianza». El primer ministro de Italia, Mario Monti, causó el sábado un desencuentro entre los gobiernos de Roma y Madrid que puede minar la buena sintonía existente hasta ahora entre ambos, al cuestionar la efectividad de la política económica de Mariano Rajoy. La rectificación del ejecutivo italiano, que tras recibir presiones de Madrid emitió un comunicado en el que alababa la «determinación» del español, no disipó el enfado que causó en Moncloa tan directo e inusual ataque.

Bajo el incidente subyace la pugna soterrada que mantienen España e Italia por sacudirse el sambenito de ser el próximo candidato a un rescate de la UE y el FMI, tras los implementados para salvar a Grecia, Irlanda y Portugal. En un entorno financiero marcado por la desconfianza y por la máxima de 'compra con el rumor, vende con la noticia', resaltar la debilidad del vecino puede ser una buena táctica para ganar algo de oxígeno y cobrar ventaja. Pero hasta la fecha ni Madrid ni Roma se habían atrevido a criticarse a micrófono abierto.

Sacudir la presión y dejar de ser el principal foco de inquietud de los inversores puede ser el motivo de fondo que llevó a Mario Monti a arriesgar su buena relación con Mariano Rajoy, a quien recibió en Roma hace un mes. El sábado, en un discurso ante un grupo de empresarios en Cernobbio (norte de Italia), en lugar de alabar las reformas acometidas por el Ejecutivo del PP, el mandatario italiano se dedicó a sembrar incertidumbre. «España está dando a toda Europa motivos de gran preocupación porque sus tasas de interés suben. No hace falta mucho para recrear fenómenos que, a través del contagio, nos pueden afectar a nosotros», afirmó.

La prima de riesgo española, valor que señala el diferencial entre el rendimiento del bono español a diez años y su equivalente alemán, se relajó el viernes siete puntos básicos y bajó hasta 351. La italiana, sin embargo, se mantuvo en 318 puntos básicos y Roma no debe de ver claro que vaya a bajar.

España afronta el próximo jueves una huelga general contra la dura reforma laboral que aprobó Mariano Rajoy y el viernes presentará sus presupuestos para 2012, que incluirán importantes recortes de gasto público. Monti aprobó también la semana pasada una reforma laboral que ha dividido al Parlamento romano y que hace peligrar el acuerdo que permitía al mandatario italiano hacer y deshacer a su antojo, con permiso de la izquierda, para superar el caos económico heredado de la era Berlusconi. Vienen curvas para ambos países, y no es raro que Roma quiera echar mano de cualquier dispositivo que le permita circular más segura.

«Mucho malestar»

Monti tuvo en el foro palabras de alabanza para la reforma del mercado de trabajo que le costará a Rajoy el paro general de este jueves, pero no para el proceso de consolidación fiscal, cuya redefinición llevó al Ejecutivo 'popular' a suavizar la intensidad de la reducción del déficit. «España ha realizado una reforma laboral incontestable, muy incisiva, pero no ha prestado igual atención a las cuentas públicas».

La reacción española a las palabras del primer ministro fue rápida y contundente. Moncloa exigió una rectificación y fuentes del Ejecutivo de Rajoy hicieron público que la actuación de Monti había sido «muy inoportuna» y había causado «mucho malestar» en Madrid. Horas después llegó la reparación. Y la portavoz del mandatario italiano, Elisabetta Olivi, matizó en un comunicado las palabras de su jefe.

La nota resaltaba la «plena confianza» del primer ministro en el Gobierno español y en sus medidas para sanear sus cuentas y evitar la escalada de su prima de riesgo. Ayer, el vicepresidente de la Comisión Europea, OlliRehn, ratificó su confianza en España. En un encuentro celebrado en Finlandia explicó que ante «la sensación de que España había relajado sus objetivos presupuestarios» hubo «una reacción de los mercados», con alzas de la prima de riesgo sobre la italiana. Eso «ilustra hasta qué punto es frágil la situación», resumió.

Desde que cayó el Gobierno de Berlusconi, el interés de la deuda española se mantuvo por debajo de la italiana hasta el 2 de marzo, cuando la prima riesgo de ambos países 'empató' a 311 puntos. El rendimiento de los títulos italianos se ha mantenido desde entonces en torno a los 300 puntos, mientras los españoles han llegado a los 358. El mayor pico fue por un informe de Citigroup, que aseguró que España está «más cerca que nunca de la bancarrota».