El PSOE de Jerez no contiene la euforia y celebra con alegría la derrota más dulce

Ayer la sede del PSOE de la calle Sevilla en Jerez parecía poblada por una gran familia. Lo que podría parecer algo lógico no lo es si se tienen en cuenta las tradicionales divisiones entre críticos y oficiales, griñanistas y pizarristas. Lo normal no es que haya una familia, sino varias y ayer, al menos, parecía la misma. Dicen que cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. Ayer debió pasar lo contrario si se tienen en cuenta los besos y abrazos que se prodigaron los dirigentes del partido en la ciudad, arropados por decenas de militantes y simpatizantes.

Lo que era una alegría contenida a medida que avanzaban los resultados estalló en una indisimulada euforia cuando el escrutinio fue definitivo, más allá de las diez de la noche. Una derrota que, por lo inesperado de los resultados, el PSOE convirtió en victoria. Cualquiera que se asomara a la sede de la calle Sevilla en ese momento, pensaría que el PSOE andaluz habría alcanzado la mayoría absoluta, en vez de evitar la del PP.

Destacados miembros socialistas como la secretaria local del partido en la ciudad, Pilar Sánchez; las candidatas al Parlamento Isabel Armario y África Becerra; los concejales Juan Pedro Crisol, Miriam Alconchel, Francisco Lebrero, Ainhoa Gil; representantes de otras sensibilidades como Antonio Fernández Ortega, Juan Manuel García Bermúdez, Juan Salguero... Todos tenían cabida ayer en la sede jerezana, donde se compartía la misma sensación: la derrota tiene un claro sabor de victoria. Será por eso que se cantó el himno andaluz, se gritó con ironía «Arenas presidente» cuando éste apareció por la tele, se aplaudió hasta la saciedad a José Antonio Griñán cuando el líder socialista analizó los resultados y hubo un clamor unánime contra la reforma laboral.

Como colofón Pilar Sánchez, África Becerra e Isabel Armario comparecieron para analizar los resultados del escrutinio. La primera en hablar fue la secretaria socialista: «Hemos sido capaces de frenar a la derecha», aseguró antes de señalar que «se vuelve a demostrar que la verdadera encuesta es la que nos han dado los ciudadanos con su voto». Por ello «empieza un nuevo tiempo para el PSOE a partir de mañana», de hecho «hemos demostrado que cuando somos capaces de unir nuestros esfuerzos somos capaces de obtener también resultados inesperados».

En clave local, destacó que «en tan solo 100 días de Gobierno del PP en España hemos sido capaces de reducir en Jerez los 20 puntos de diferencia que nos saca a la mitad, por lo que emplazó al gobierno de García-Pelayo a «reflexionar para dejar la soberbia y aparcar la prepotencia». La candidata Isabel Armario también se enorgulleció de «frenar a la derecha» y África Becerra se alegró de que Jerez «vuelva a mirar hacia la izquierda».

Alivio en Cádiz

En la sede socialista de la plaza de San Antonio en Cádiz se vivió algo similar: la alegría inesperada, el alivio convertido en triunfo sorprendente, la derrota que es tan pequeña que ni lo parece.

Diego López Garrido, eurodiputado con residencia en Cádiz, era el invitado de excepción a la fiesta improvisada. Silvia López, María Colón, Luis Pizarro, Francisco González Cabaña y Manuel González Piñero completaban el grupo de los que intercambiaban abrazos, saltos y hasta bailes por pasillos y escaleras con otros compañeros que suspiraban tanto que parecían chillar.

Una vez escuchados Arenas y Griñán, les tocaba la interpretación provincial. El secretario general provincial por unos meses, González Cabaña, admitió el alivio: «Hemos parado al PP, hemos remontado las aguas bravas. La gente ha expresado su voluntad de que no hubiera un gobierno de derechas en Andalucía. Gana la izquierda, pierde Arenas». «Arenas debe abandonar la guerra sucia. Lo mejor que podría hacer es marcharse y llevarse a Antonio Sanz de la mano. Los socialistas hemos sido calumniados, difamados, permanentemente insultados en estas semanas pero el pueblo andaluz es viejo y, por ello, sabio».