Pepe ha sido sancionado con dos partidos por insultar al colegiado. :: EFE
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Un respiro en plena ansiedad

El sevillano se libra de la sanción por un presunto defecto en el acta, y Pepe solo es sancionado con dos partidos por insultar al árbitro El Madrid podrá contar hoy con Sergio Ramos ante la Real Sociedad

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol permitió este viernes que el Real Madrid, en plena ansiedad y tormenta, en un momento clave de la temporada en su pelea por la Liga, se tomase un respiro importante. El Madrid, que se siente víctima de una conspiración arbitral, salió bastante bien parado con las resoluciones del primer tribunal de justicia. No contaba con Sergio Ramos para recibir hoy a la Real Sociedad, pero podrá jugar. Se temía al menos tres partidos de sanción para Pepe y solo se perderá dos, cuando le gritó a Paradas Romero en el túnel de vestuarios: «¡Vaya atraco, hijo de puta!». Mourinho cumplirá uno, a pesar de ser otro reincidente y arriesgarse a un castigo mayor por llamar también «hijo de puta» al árbitro, que no reflejó en el acta ese insulto.

Competición ha suavizado así la indignación del Real Madrid, inmerso en la ley del silencio impuesta por Mourinho y obligado a recuperar ante la Real la tranquilidad y, sobre todo, el fútbol que le ha abandonado desde hace un mes. Sí faltaran ante el equipo donostiarra, como estaba previsto, Özil (expulsado por aplaudir al árbitro «en forma de mofa») y Lass (por su quinta amarilla). Sin embargo, se esperaba una sanción de un partido a Ramos tras su expulsión ante el Villarreal, pero Competición ha anulado la primera amarilla que Paradas Romero mostró al sevillano por un presunto defecto de forma en la redacción del acta arbitral. En el caso de Pepe, para el órgano federativo que preside Alfredo Flórez «hijo de puta» no es un insulto, sino un menosprecio, por lo que le han caído solamente dos encuentros, los mismos que al famoso preparador físico Rui Faria.

Horas después, al desestimar el recurso del Madrid, Apelación se encargó de censurar a Competición, recordando que Pepe debía haber sido castigado con al menos cuatro partidos, «ya que la expresión proferida no puede ser calificada de forma distinta a la de un agravio u ofensa, que, sin duda, humilla al árbitro que la recibe», y que con Özil (y Rui Faria) se tenía que haber aplicado el artículo «que sanciona el hecho con un mínimo de dos partidos de suspensión».

Gracias a la sorprendente exculpación de Ramos (Paradas reflejó en el acta que le amonestó por primera vez por «infringir persistentemente las reglas del juego» y Competición ha desacreditado al árbitro), Mourinho no se verá obligado a alinear contra la Real a una pareja inédita de centrales (Albiol y Varane). Aparte del lesionado de larga duración Di María, los únicos habituales que faltarán serán, por tanto, Pepe -tampoco estará en el Reyno- y Özil, a quien el Real Madrid destaca en su web como «el máximo asistente de la Liga», ya con 14 pases de gol tras su taconazo a Cristiano.

Con el gol de Senna llegaron las coartadas del técnico, las denuncias de «robo» de Cristiano, el vendaval de ira de los jugadores en El Madrigal y la prohibición de Mourinho de hablar a sus futbolistas si no era para quejarse del arbitraje. Sin embargo, los 'pesos pesados' (Casillas, Xabi Alonso, Sergio Ramos...) huyen de esa teoría de la conspiración a la que, a falta de fútbol y pegada, se agarra el entrenador y gran parte del madridismo para justificar los cuatro puntos perdidos en cuatro días. «Compartimos la indignación y la perplejidad del equipo», ha comentado Miguel Pardeza, la única voz autorizada para hablar tras «El madridismo no se rinde jamás» de Florentino Pérez y las críticas de Marcelo al árbitro a pie de campo.

Tras dos empates consecutivos, llega el momento de reaccionar o exponerse a perder el título, y la Real, que podría pagar los platos rotos, se presenta en el Bernabéu en una situación que no es ideal, porque ahora pueden cambiar las tornas. El francés Philippe Montanier no oculta estar «preocupado» por los arbitrajes que ha sufrido su equipo y reconoce que las decisiones del colegiado pueden ser «un problema más». El miedo del Madrid quizás sea ahora mayor en la Real.