El 'asesino de la moto', en unas imágenes reproducidas por la televisión France 2, horas antes de que fuera eliminado por los RAID. :: EFE
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¿Está Al-Qaida detrás del 'asesino de la moto'?

Un grupo vinculado con la red terrorista se atribuyó ayer los siete asesinatos de la región de Toulouse

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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«Uno de los caballeros del Islam, nuestro hermano Yusef al faransi (el francés), ha llevado a cabo una operación que ha sacudido los fundamentos sionistas y de los cruzados en el mundo entero y ha llenado de temor los corazones de los enemigos de Alá». Con loas al terrorista muerto y amenazas a Francia por su política exterior, un grupo vinculado a Al-Qaida, Yund el Jilafa (soldados del califato), reivindicó ayer los atentados cometidos por Mohamed Merah.

La célula se responsabilizó de la matanza en un comunicado publicado ayer en varias web yihadistas, aunque algunos expertos dudan de que esta organización tuviera un papel decisivo en la ejecución o planificación de los asesinatos de tres militares y cuatro civiles en Toulouse. Merah se había definido como yihadista y parte de la red Al-Qaida, aunque aseguró a los agentes que lo tuvieron cercado más de 30 horas que había actuado solo.

«Reivindicamos la responsabilidad de estos atentados», aseguran los 'soldados del califato', quienes señalan que «los crímenes que Israel comete contra nuestro pueblo en la tierra pura de Palestina y en Gaza en particular no quedarán impunes». Los muyahidín serán los encargados de vengar «cualquier gota de sangre que se derrama injustamente en Palestina, Afganistán y en todos los países de los musulmanes».

En las montañas

Yund el Jilafa tiene su base entre las montañas de Pakistán y Afganistán, y en el último año ha cometido atentados en este último país y en Kazajistán, a cuyo Gobierno había amenazado por prohibir, igual que Francia, el velo integral. En el comunicado, los 'soldados del califato' piden a París que «reconsidere su política con respecto a los musulmanes en el mundo» y que «abandone sus tendencias hostiles para con el Islam», ya que ello no va a acarrear sino «desgracia y destrucción».

Los investigadores no han determinado, por ahora, si Merah pertenecía a este grupo vinculado con Al-Qaida. Pero parece estar confirmado que viajó a Kandahar, en el sur de Afganistán, donde podría haber estado en un campo de entrenamiento. La Policía afgana lo habría arrestado y entregado a las tropas de la OTAN, que lo mandaron de vuelta a Francia, según publicaba ayer el diario 'Le Monde'. Esa estancia le habría valido la prohibición de volar a EE UU, ya que fue incluido en una lista de personas que tienen prohibido viajar en avión por ser terroristas potenciales, dijo ayer una fuente de seguridad a la CNN.

El joven francés de origen argelino también habría podido viajar a Siria, Israel, Jordania y Irak, según el rotativo francés, que cuestiona la tesis de que Merah tuviera algún vínculo claro con una organización terrorista que planificara sus atentados. Tampoco está claro que la reivindicación por parte de Yund el Jilafa sea fiable. A menudo, grupos yihadistas de la órbita de Al-Qaida se atribuyen atentados para marcarse un tanto con los cabecillas de la red, como reconocía Mathieu Guidère, experto en el grupo comandado por Ayman al Zawahiri, en el diario 'Le Point'. «Al-Qaida ya no es una red estructurada sino una etiqueta», señala el analista.

La teoría del 'lobo solitario', calificativo recibido por Mohamed Merah, no está reñida con la del entrenamiento en grupos terroristas. Así lo demostró el nigeriano Abdul Faruk Abdulmutalab, quien intentó en 2009 hacer estallar una bomba en un avión con destino a Detroit. El caso de Merah podría, quizás, enmarcarse en este tipo de terroristas. El hecho de que hubiera pagado el armamento que usó para sus asesinatos con el dinero obtenido de pequeños robos podría apuntar en esta dirección.