Una bala en la cabeza acabó con Mohamed Merah
Las fuerzas especiales asaltaron el piso de Mohamed Merah tras 32 horas de asedio y 11 sin recibir señales de vida del atrincherado El terrorista murió abatido tras enfrentarse a la Policía
PARÍS. Actualizado: GuardarMohamed Merah, autor autoproclamado de las matanzas de Toulouse y Montauban, murió ayer pistola en mano de un tiro en la cabeza disparado por la Policía en situación de legítima defensa según las autoridades francesas. Los investigadores han visionado los vídeos de los tres atentados, grabados por el propio asesino con una cámara atada al pecho, en los que se le ve alabar a Alá tras matar a tres niños judíos, un rabino y tres paracaidistas de origen magrebí. «Tú matas a mis hermanos, yo te mato a ti», le dijo a uno de los militares.
Tras 32 horas de asedio y 11 sin recibir señales de vida del atrincherado, las fuerzas especiales del RAID asaltaron a las once y media de la mañana el domicilio de Mehrat, que tenían cercado con el suministro de gas y electricidad cortado. Según explicó François Molins, fiscal jefe de París encargado del caso, los GEO galos penetraron progresivamente en el piso y avanzaron palmo a palmo con suma precaución hasta abrir la puerta del balcón.
En ese instante, Merah salió repentinamente del cuarto de baño y se abrió paso disparando una treintena de tiros a los policías con tres Colt-45 del calibre 11.43, el mismo modelo de sus crímenes, hasta alcanzar la ventana y saltar al vacío desde el primer piso. «Disparaba como en una película, como en un videojuego», declaró un portavoz policial.
Amaury de Hautecloque, jefe del RAID, resaltó que era «la primera vez en mi vida que veo a alguien venir al asalto contra nosotros en una intervención». Añadió que los esperaba «en postura de combatiente» con los pies en 30 centímetros de agua por la inundación provocada por el impacto de un proyectil en una cañería en el frustrado asalto de la madrugada del miércoles.
El cuerpo del defenestrado fue hallado al pie del inmueble, de cuatro plantas, alcanzado mortalmente por un balazo en la cabeza. Tres de los quince agentes participantes resultaron heridos en el tiroteo, en el que se intercambiaron unos 300 disparos en apenas un par de minutos. El fiscal afirmó que «hicimos todo para detenerlo vivo» y que «el RAID no debía disparar más que en caso de legítima defensa». Pero en el último diálogo con el negociador policial, registrado a las 22.45 horas del miércoles, Merah se retractó de su intención inicial de entregarse. Le dijo que había reflexionado y que la rendición era contraria a sus creencias por lo que había decidido morir con las armas en la mano. «Si muero yo, peor para mí, pero voy al paraíso. Si sois vosotros, peor para vosotros», zanjó.
El cadáver, al que por la tarde le fue practicada la autopsia en Burdeos, portaba un chaleco antibalas por encima de una chilaba negra metida por dentro de unos pantalones vaqueros. En el registro de la casa se descubrieron varias armas y cargadores así como un recipiento lleno de municiones. Gracias a las indicaciones facilitadas por el asediado en las conversaciones mantenidas entre las 7 y las 22.45 horas del miércoles, se hallaron un Clio y un Renault Mégane con más armamento y dinero, además de la famosa Yamaha T-Max del 'terrorista de la moto'.
«Objetivos legítimos»
En ese diálogo con el negociador del RAID, grabado e incorporado a la causa, Merah también reveló dónde se encontraba la minicámara Go Pro que había guardado en una bolsa confiada a un conocido. Con el aparato filmó íntegramente las matanzas de las que se declaró culpable en tres vídeos en poder de las autoridades judiciales, incluida la masacre del lunes en la escuela judía.
En la primera grabación se le ve en la cita en Montauban con el paracaidista Imad Ibn-Ziaten, vestido de paisano, que había puesto un anuncio en Internet para vender la moto. «Se interesa por su condición de militar y lo abate con dos balas diciéndole: 'tú matas a mis hermanos, yo te mato a ti'», relató el fiscal. En la película del segundo atentado «se le ve abatir a los militares en Montauban en una escena extremadamente violenta» y acto seguido huir en su motocicleta «a los gritos de 'Alah Akbar' (Dios es el más grande)», añadió Moulins.
En una llamada efectuada la víspera de morir a una periodista de del canal France 24, Merah dijo ignorar que dos de los militares asesinados fueran musulmanes. Pero alegó que «las personas que trabajan para el Estado eran objetivos legítimos». También le anunció que las imágenes podrían encontrarse en Internet «próximamente».