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Pescando los últimos votos
El candidato socialista intensifica su agenda en Almería, Granada, Córdoba y Jaén, donde se juega cuatro diputados
Actualizado: GuardarGriñán aprieta al final de la campaña. Ayer seis actos entre las provincias de Almería y Granada. Hoy otros tantos en Córdoba y Jaén. En estas provincias el PSOE se juega cuatro diputados, que las encuestas sitúan en la cuerda floja. Este sprint final está dejando al candidato sin voz, pero no sin ánimo. Ha arreciado bastante más el tono contra el PP. Pero Griñán aprieta sobre todo contra el Gobierno de Mariano Rajoy. Se ha convertido en el advesario del candidato socialista este final de campaña. A Javier Arenas lleva tres días que ni le nombra. Al ministro Cristóbal Montoro lleva dos que no deja de criticarlo. Le acusó de mentir sobre las cuentas andaluzas, de ocultar datos de las de otras comunidades gobernadas por el PP y de no decir nada del enchufismo de su partido en los ayuntamientos.
Pero el mensaje con el que más alza la voz el candidato socialista es con el de la movilización del voto de izquierdas el próximo día 25 para que Andalucía siga siendo el «baluarte» de la sanidad pública y la educación pública de calidad frente a las privatizaciones y recortes de derechos sociales que atribuye a los conservadores. Una derecha, subrayó, que ahora mira a Andalucía como «testigo incómodo» de su «agenda oc ulta de recortes».
Nada más que la verdad
El candidato empezó temprano la pesca de los últimos votos. Precisamente en la lonja de Almería, después de visitar una residencia de mayores. Luego, en un mitin exprés ante colectivos de atención a dependientes le dio la primera puya al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas. Le pidió que dijera «la verdad y nada más que la verdad» sobre las deudas a proveedores de las comunidades autónomas, pues el ministro ha reprochado a la Junta de Andalucía que deba 3.000 millones de euros y se ha olvidado de las gobernadas por el PP que adeudan más, según Griñán.
Citó el caso de Madrid, que equivocó su previsión de ingresos en mil millones y por tanto su déficit cuando su actual secretario de Estado de Hacienda era el consejero responsable de la comunidad autónoma. «Eso no lo dice», reprochó. «Me duele profundamente cuando veo al Gobierno de España decir algo que pueda perjudicar a Andalucía, algo que no es verdad», manifestó en el mitin ante no más de un centenar de personas en un hotel de la capital.
Baluarte
Griñán coloca las actuaciones y decisiones del Gobierno de Rajoy en el centro de su estrategia de final de campaña con el objetivo de hacer ver que hay dos maneras de gobernar, una con recortes de derechos y despidos baratos y otra con la protección de los servicios básicos. Pero sobre todo ha introducido otro deseo, el de que Andalucía prospere como un «baluarte» de las políticas progresistas frente a la ola azul que invade el pais. Si el PP gana, el PSOE solo tendrá como referente el País Vasco.
En otro mitin exprés por la tarde ante 400 simpatizantes en Baza, el candidato socialista ahondó en este mensaje. Advirtió que ahora la derecha se fije en Andalucía cuando nunca la miró «sino con desprecio». «Ahora la mira con interés porque es el último baluarte que está resistiendo a la ola conservadora y vamos a seguir así». Tras los aplausos el socialista prosiguó: «Andalucía es esa verdad incómoda a la que miran todos los conservadores porque en esta tierra se está demostrando que se puede salir de la crisis sin destruir derechos y sin privatizar la sanidad y la educación».
Para Griñán Andalucía es un «testigo incómodo» de las mentiras de un Gobierno y un partido, el PP, que ya no oculta su agenda. Como prueba, Griñán volvió a arremeter contra el Ejecutivo al que acusó de electoralista por su despliegue de ministros en Andalucía contra los socialistas.
Parientes
El candidato y presidente de la Junta recordó cómo el PP criticó duramente la reforma del sector público de su gobierno acusando a este de enchufismo y ahora son los populares los que enchufan a sus familias. «Montoro ha dicho que los ayuntamientos no son oficinas de colocación, pero no lo son salvo para sus parientes», enfatizó sobre casos denunciados en algunos consistorios andaluces. Griñán citó otros ejemplos de la agenda oculta del PP como la paralización de la Ley de Dependencia, a la que volvió a defender como el cuarto pilar del bienestar social; la subida de impuestos o los recortes en becas.
Al candidato se le notó la voz cascada en los dos mítines con los que cerraba la jornada, en Baza y Armilla, en la provincia de Granada. Pero aún con fuerza para arengar y pedir el voto el domingo para que «la marea azul tenga el baluarte y el freno de Andalucía», como ocurrió hace 32 años con la autonomía.
Griñán, que no mencionó a Arenas en toda la jornada, sí hizo una frase con alusión al candidato del PP implícita. Una de esas frases redondas, preparadas para enaltecer al auditorio. Griñán pidió el voto el día 25 contra el cambio que propone el PP porque este significa «volantazos por la derecha». «Por la derecha nunca se ha adelantado, se cae por barrancos llenos de arena», sentenció.