Arenas rejuvenece con el antiguo PER

El círculo de la Andalucía que quiere Javier Arenas empieza a cerrarse. Solo le restan dos capitales de provincia que visitar, Jaén, hoy, y Sevilla, mañana, donde pondrá fin a la carrera por derrocar tres décadas de dominio socialista en el gobierno regional andaluz. Ya ha pisado todas las provincias, tras su paso de ayer tarde por Córdoba. Tan solo le faltará la 'novena', la que el candidato popular promete fijar en Bélgica, en los dominios de Bruselas, la capital política de Europa, allí donde quiere defender los intereses del campo, la pesca y la ganadería de Andalucía -si alcanza la mayoría absoluta el próximo domingo-.

Consciente de que en esos sectores, en esa Andalucía marenga y rural se ha encontrado siempre la gran bolsa de apoyos del Partido Socialista, Arenas ha puesto en los últimos días sus miras en el voto que en otro tiempo su partido denominó «cautivo», aquel que supuestamente era 'controlado' por los gobiernos de sus rivales políticos mediante los subsidios gubernamentales. Ese sufragio atrapado en el tiempo es su objetivo. Probablemente no busca que se sumen masivamente a su causa del cambio, quizá se dirige a esa parte de la población para que no se adhieran a la que siempre apoyaron.

Al PSOE le interesa la movilización, la alta participación de ese electorado desilusionado con su desgaste político o con la trama de los ERE. Al PP, el sentido contrario, una participación moderada, le beneficia. Y, por si acaso, después de casi dos semanas de presentación de las mismas propuestas por toda la geografía andaluza, algo por lo que Arenas saca pecho, hace falta algo más. «Todos han estado en contra del PP en esta campaña, en contra de una mayoría ilusionante. Estoy orgulloso de haber hablado de Andalucía. Ellos lo han hecho de Rajoy, de Valencia, de Madrid.», criticó el candidato. Se ha sentido solo contra los demás, pero para él es una «bendita soledad cuando sabes que te acompañan la mayoría de ilusiones de los andaluces».

Garantía ministerial

Sin ser presidente aún, Javier Arenas tiene la sensación de que le han tratado como tal. Y eso le insufla más moral, si cabe. Tanta como para dar la vuelta a la tortilla de los intentos socialistas por atemorizar al electorado con el 'cuento del lobo'. El PP se permite el lujo hasta de garantizar que mantendrá en pie uno de los argumentos que siempre utilizó a lo largo de los últimos años para atacar al PSOE. Otros, desde fuera, lo hicieron para atacar a Andalucía y caricaturizarla como la 'niña bonita' de la ayudas. El PER, el antiguo PER (Plan de Empleo Rural). De eso se trata. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, garantizó hace dos días que el hoy denominado Programa de Fomento de Empleo Agrario (Profea) seguirá vivo, sin dejar de matizar que 'solo' cuesta 245 millones de euros a las arcas estatales. El campo andaluz y el extremeño, beneficiarios de esa política de subsidio agrario, mantendrán ese estatus especial. El anuncio de Montoro le ofreció un nuevo argumento.

El secretario de Política Municipal del PSOE, Gaspar Zarrías, fue el primero en enarbolar la bandera del PER, un sistema que afecta a 130.000 personas en Andalucía, de las cuales, un 60% son mujeres. Supone 426 euros de ayuda (en torno al 80% del salario mínimo) a los jornaleros del campo que acrediten un mínimo de 35 peonadas. Zarrías exigió a Arenas hace seis que aclarará si era cierto que el Gobierno de Rajoy iba eliminar el PER de los próximos presupuestos. La respuesta del PP tardó en llegar unas horas, pero la del candidato popular andaluz se hizo espera hasta ayer. Fue en Écija, por la mañana, antes de pisar suelo cordobés. Y fue contundente. «No voy a caer en la indignidad de pedirle el voto a nadie a cambio del PER o de una pensión», sentenció, no sin antes recordar que el hoy Profea es 'heredero' del «empleo comunitario que organizó la UCD», curiosamente el partido político en el que se inició el líder popular andaluz.

«El PER no es un invento del PSOE. El empleo comunitario derivó en el PER. Y el PER hoy hace falta en muchas comarcas de Andalucía. Ojalá no hiciera falta», dijo Arenas, que sostuvo que su mantenimiento está garantizado. Una estrategia más de esa «política del miedo» que desmonta para eliminar la piedras del camino. Es la búsqueda del círculo 'PERfecto', la de la mayoría absoluta de un vuelvo histórico. Un golpe más de efecto que Arenas dio rodeado de jóvenes promesas de las Nuevas Generaciones del PP. Un Arenas rejuvenecido por el antiguo PER.