PETARDO

Menuda coincidencia. Justo cuando se terminan las fallas sale el abogado del duque de Palma como un cohete para decir a los periodistas que no va a hacer más declaraciones. Alega una supuesta «pirotecnia informativa». ¿Debemos intuir que se ha podido sentir agobiado por las alcachofas? ¿Acaso pretendía ser el ninot indultado en las fiestas valencianas? «Les voy a dar vacaciones porque ahora se avecinan lluvias y este sistema de que estén ustedes en la calle me parece impropio», añade el famoso abogado. Dicho por Eva Hache podría ser el comienzo de un monólogo. Por si alguno de ustedes no le pone cara, les hablo de un tipo de gafas que, hasta la fecha, respondía amablemente a los compañeros de los medios de comunicación sobre todo lo relacionado con el caso de su representado, a la sazón el yerno del Rey, imputado por malversación de caudales públicos. Los periodistas tendrán que apuntar ahora con la alcachofa a otro lado para llevarse algo a la boca, porque el señor de nombre Pascual Vives ha optado por el chitón. Yo, sin embargo, creo que es tiempo de que la pirotecnia informativa se escuche con más fuerza que nunca, porque todo apunta a que el tema se pueda quedar perdido en la noche de los tiempos como el Gran Colisionador de Hadrones, ¿se acuerdan? Sí, esa rosquilla gigante de cables que se llevó el presupuesto de Europa enterito para buscar el origen del universo. Algo que cualquiera de nosotros con dos copas de vino puede llegar a explicar a la perfección. Y lo que son las cosas del desatino y del maltrato al periodista, mientras unos callan, otros insultan. Me refiero a Nicolas Sarkozy, que hace unos días llamaba imbécil a un periodista por hacer su trabajo. Por preguntar. No me olvido de la triste moda que consiste en convocar ruedas de prensa sin posibilidad de preguntar, algo así como «tú publicas lo que yo diga, que las preguntas ya las hacen en el rosco de 'Pasapalabra'». Si ven a un periodista en la calle, déjense preguntar y respóndanle, lo agradecerá. Pasen buen día.