El rastro de la memoria
DIRECTORA DE CINE DOCUMENTAL Actualizado: GuardarComo mujer y como directora, me resultaba urgente hacer un recorrido documental, con una visión de género, sobre este momento histórico, imprescindible para poner en valor y recuperar la memoria de las diputadas y senadoras que recogiendo el testigo de Clara Campoamor y sus coetáneas, defendieron con una gran dignidad la igualdad entre los géneros, y que contribuyeron activamente a las reformas que, impulsadas desde el Parlamento, hicieron posible trasladar al debate político los derechos de las mujeres.
Cada año en el aniversario de la Constitución Española oía hablar y leía multitud de páginas y homenajes a los llamados «padres de la Constitución» de aquel momento histórico, y siempre me preguntaba qué habría sido de las mujeres. como afirma Carmen Calvo en una secuencia que rodamos para el documental: «A los parlamentarios de entonces se les recuerda y se les tiene presente, pero de ellas. ¡es que no hay rastro!...».
Efectivamente, una vez iniciado el proceso de documentación para la película, nuestro trabajo consistió en seguir el rastro de las constituyentes, y con ello nos dimos cuenta del estado en el que se encuentra en nuestro país la documentación gráfica y audiovisual sobre la historia de la participación política y social de las mujeres. Muy complicado localizar las fotografías o las imágenes en movimiento sobre el feminismo, por ejemplo, donde nos encontramos con fondos privados en su mayoría, dispersos y mal catalogados, y falta de cuidado y consciencia del valor de ese material. Así que con este trabajo esperamos también impulsar un objetivo que inicialmente no nos habíamos propuesto: difundir la necesidad de crear un importante archivo nacional sobre la historia política y social de las mujeres en España.
Como apuntaba Daisy Rubiera, hija de la protagonista de mi anterior película documental, «Reyita», que trata sobre una mujer cubana cuya mirada desde la intrahistoria nos descubre también una perspectiva inédita de la historia de Cuba y del siglo XX: «los pobres y los más vulnerables no tenemos memoria: no tenemos álbumes, no tenemos fotos o imágenes, eso es para ricos, y es inútil que busques más»...
Mi intención con el documental ha sido visibilizar y dejar constancia del largo camino recorrido para la consecución de la igualdad de derechos de las mujeres, y conectar también con el presente y las generaciones de hoy, a través de la secuencia que rodamos en el Senado del encuentro entre mujeres políticas actuales y las diputadas y senadoras constituyentes. Dar a conocer a estas importantes mujeres de entonces y de ahora, en su faceta política y personal, ha sido un gran reto que se ha hecho más fácil, sin duda gracias a su aportación y disposición, aunque al principio les costara creer que una película documental pudiera interesarse por ellas.
Como escribía Laura Crespo para el Imparcial: «entrelazada con las entrevistas a las constituyentes la secuencia bombea el corazón del metraje, es un encuentro sincero y coloquial entre algunas de las mujeres que hicieron historia entonces y las que están llamadas, desde los partidos políticos, a lidiar con el ahora» i. Esta escena, que nos sitúa claramente en el presente político para las mujeres de los diferentes partidos del arco parlamentario en España, se rodó sin cortes en un diálogo de más de dos horas. Se produjo así un debate interesantísimo que ellas guiaron temáticamente a su antojo, sin nuestra intervención. Creo que afortunadamente, al final conseguimos el objetivo que nos habíamos planteado, transmitir la verdad, emoción y frescura que echamos tanto de menos en la mayoría de los discursos políticos y que Las Constituyentes nos han ayudado a rememorar.
Margarita Uría, vocal del Consejo Gral del Poder Judicial decía algo que sirve de resumen de uno de los hilos temáticos más importantes en la mencionada secuencia: «Yo querría introducir mundos a los que todavía no hemos llegado, a pesar de los esfuerzos de las pioneras: es la primera vez que en un consejo de 21, estamos 6 mujeres.. La mitad de los jueces y magistrados que hay en España son mujeres y el Tribunal Supremo se compone de 72 hombres y 10 mujeres ¿Quiere eso decir qué son peores?, pues la verdad es que no, los números 1 de la escuela suelen ser siempre mujeres. En Euskadi por ejemplo, ya son más de la mitad las juezas, pero luego, al llegar a los escalones superiores, ellas mismas se retraen. El otro día para una plaza de la sala primera se han presentado 26 personas, todos hombres, ni una sola mujer. ¿Es que no hay civilistas en España?...»
La percepción de la injusticia del patriarcado y el origen de la consciencia feminista, las jornadas feministas que se multiplicaron por todo el país, la lucha desde las asociaciones de amas de casa y desde los partidos en la clandestinidad, la experiencia de la campaña electoral del 77, el compromiso familiar y la renuncia que les supuso, la entrada en las listas para el Congreso y el Senado, la llegada del exilio de La Pasionaria, su entrada en las Cortes acompañada de las jovencísimas diputadas Pilar Brabo y Dolors Calvet, el ambiente vivido en aquellos días donde todos y todas eran principiantes en una democracia, la lucha de Carlota Bustelo para conseguir la aprobación de los anticonceptivos, el plante de las diputadas ante el artículo que permitía la prevalencia del hombre sobre la mujer en la sucesión real, la votación del artículo 14, o las declaraciones de la senadora Dolores Pelayo que opina que Virginia Woolf se quedó corta pidiendo una habitación para la mujer («debimos quedarnos con la casa entera»), entre otras muchas historias, creo que nos acercan a nuestras «madres de la constitución» y abuelas políticas de una manera muy humana, muy viva y sobre todo muy necesaria.
Concluyo aquí con mi profundo agradecimiento a las mujeres Constituyentes por su entrega histórica a la causa de la igualdad, y con una intervención de la Diputada canaria por UCD Esther Tellado en la película, cuando recordaba la experiencia vivida al entrar en aquel territorio tan desolado para las mujeres como la superficie lunar, y que conecta totalmente con mis propios sentimientos al iniciar la aventura del documental: «En aquel momento estábamos llevadas por una emoción, estábamos dominadas de un halo de fortaleza, de preocupación, de compromiso, estábamos pensando si éramos capaces de sacar adelante lo que nos habíamos comprometido. Yo miraba y decía, ¡en qué me he metido yo, ¿estaremos preparadas para luchar, cómo hemos dicho, que íbamos a luchar, por esto?».