
Un mate a la historia
El Cimbis está firmando una de sus mejores temporadas y luchará por ascender a LEB
SAN FERNANDO. Actualizado: GuardarEn una temporada aciaga para el baloncesto gaditano, con un reflejo helado que pasó por su costado en forma de crisis, el Club Baloncesto Cimbis se erige como un rayo de luz en la oscuridad. El equipo de San Fernando no solo es el único que compite en categoría nacional, referencia absoluta en Cádiz, sino que además está completando una temporada para enmarcar.
El pasado mes de agosto, en otro reportaje que se publicaba en este medio, las sensaciones de un grupo que empezaba a rodar eran las de la ilusión de un nuevo reto llamado EBA y la incertidumbre por el nivel que pudiera tener un grupo D tan devaluado como que cuenta con solo nueve clubes, cuando los demás están cerrados en los 16 correspondientes.
Paso a paso, la consigna impuesta por todos, el Cimbis ha llegado a situarse en lo más alto de la clasificación, cuando faltan cuatro jornadas para que termine la fase regular. Cada vez está más cerca la posibilidad de terminar entre los tres primeros, lo que da derecho a competir por el ascenso, y llegados a este punto, no se va a renunciar absolutamente a nada.
Chano Ortega lo tiene claro. «Sabemos que la fase de ascenso está cerca. Podemos conseguirlo y vamos a luchar por ello, ya que hemos llegado hasta este punto. Pero de momento en lo único que pensamos es en el próximo partido, que nos toca visitar a Morón».
El entrenador isleño se ha convertido en el revulsivo que buscaba la directiva tras el bache por el que atravesó el equipo en el tramo final de la etapa de Eladio Vázquez. En los últimos cuatro encuentros en los que el técnico portuense estuvo al frente llegaron las tres derrotas con las que cuenta el equipo, y desde arriba se percibía que las relaciones entre los jugadores y el entrenador no funcionaban. De ahí que se tirase de un hombre de la casa, que rápidamente ha sabido encontrar la perfecta sintonía con un plantel que en su mayoría ha pasado por sus manos desde que empezaba a dar sus primeros pasos en esto del baloncesto. «A muchos de ellos los he entrenado desde que eran pequeños. Con una mirada es suficiente para saber lo que le pasa al jugador cuando está en la cancha, y eso es muy importante. No me considero mejor ni peor que Eladio, pero estaba claro que la gente había perdido la motivación, se había relajado y estaba cansada, y las cosas han cambiado desde mi llegada».
Ahora el Cimbis vuelve a estar lanzado. Ha dejado atrás el bache y el compromiso con el club es total. En parte porque Ortega ha sido capaz de poner orden y criterio en el grupo. Cuestión de prioridades.
La condición que puso para hacerse cargo del primer equipo era que no podía trabajar con un grupo de 19 jugadores con los que lo había estado haciendo Vázquez. Por eso, decidió contar con nueve fijos (Javi Marín, Alo Marín, David Espejo, Justo Pelayo, Juanjo Vázquez, Jhony Enríquez, Joaquín Cabral, Domingo Jiménez y Sergio Ramos) para el EBA y a los demás, mandarlos al filial. Cada semana, cinco de ellos se ganan el premio de entrenar con el primer equipo, de los cuales tres van convocados. Y es que jugar en el Cimbis cuesta caro.
Más ahora que se avecina una etapa complicada. De los cuatro últimos encuentros tres son fuera de casa (Morón, Cáceres y Cajasol) ante rivales muy complicados, y también habrá que recibir a Badajoz, contra el que ya cayeron en la primera vuelta. Nadie les va a regalar nada, pero en su mano está la posibilidad de subir a LEB para seguir haciendo historia.