El PSC abre la puerta a las consultas populares
La Generalitat aboga por cambiar la norma que obliga a izar la bandera española
BARCELONA. Actualizado: GuardarEl proyecto de ley de consultas populares, la norma que dotará al president de la Generalitat de instrumentos legales para poder preguntar a la ciudadanía sobre el pacto fiscal, superó ayer su primer trámite en el Parlament catalán. Lo hizo además sin la necesidad de que los grupos votasen, puesto que el PSC, el único que había anunciado que presentaría una enmienda a la totalidad, la retiró poco antes del debate. La norma, que podría aprobarse antes del verano, perderá la aparente unanimidad con la que contó el miércoles cuando los grupos empiecen a presentar las enmiendas parciales. Sobre todo el PP, el PSC y Ciutadans que temen que el texto, que CiU podría sacar adelante con ERC, pretenda legitimar votaciones sobre la independencia.
La ley será diferente a la que impulsó el tripartito, que incluía la palabra referéndum. En este caso, las consultas no tendrán carácter vinculante, su valor será más bien simbólico, y se celebrarán sobre la base del padrón municipal y no del censo electoral. Además, no requerirán de autorización del Gobierno central y podrán convocarlas el president de la Generalitat, los ayuntamientos y los ciudadanos, si recogen un mínimo de 50.000 firmas.
Esta herramienta forma parte de la estrategia de Artur Mas de ir avanzando durante la presente legislatura en la transición nacional hacia el derecho a decidir. La Generalitat aún no ha confirmado que vaya a convocar a los catalanes para que expresen su opinión sobre el pacto fiscal, pero es una amenaza que de vez en cuando lanza al Gobierno central, al que no ve muy dispuesto a sentarse a negociar un nuevo sistema de financiación.
Mientras, el Govern abogó por trabajar para modificar la ley de banderas que obliga a los ayuntamientos a que la enseña española ondee en la fachada de los consistorios. «Si la ley no es del gusto se debe trabajar para cambiarla, no incumplirla», dijo la vicepresidenta Joana Ortega en el Parlament ante una pregunta de Solidaritat per la Independencia que instó a la Generalitat a no agachar la cabeza.