Jerez, campo de batalla

El presidente de la Junta y candidato socialista, José Antonio Griñán, no tuvo más remedio que poner ayer en escena sus conocimientos sobre la agricultura y los regadíos. De poco le sirvieron los apuntes que traía estudiados, porque lo que iba a ser una tranquila intervención ante miembros de la COAG se convirtió en un improvisado 'show' donde tuvo que escabullirse de los aprietos en que más de un agricultor y dirigente de la organización trató de meterlo.

El improvisado debate agrario en el centro de control de los regantes en el Parque Tecnológico Agroalimentario (PTA) sirvió de este modo de preludio al mitin del Hotel Guadalete. Tras asegurar Griñán que atendería las «reivindicaciones lógicas y razonables» de los agricultores, estos no estaban ni mucho menos dispuestos a quedarse ahí: «Llevamos quince años escuchando mensajes de este tipo, pero a ver quién es el político que le pone el cascabel al gato», lanzó un incrédulo regante desde el auditorio.

Griñán, que estuvo acompañado por el cabeza de lista del PSOE al Parlamento por Cádiz, Luis Pizarro, y la delegada provincial de Medio Ambiente, Silvia López, además de otros dirigentes socialistas, tuvo que interrumpir varias veces su discurso para atender las demandas que le transmitían 'in situ' los agricultores y directivos de COAG, entre ellos el secretario nacional, Miguel López.

López, siempre combativo, no estaba dispuesto a que el acto electoral se convirtiera simplemente en un camino de rosas en la campaña del candidato socialista.

Y aunque fue un encuentro «muy productivo» como señaló al final del mismo Griñán, a punto estuvo la agricultura de convertirse en un terreno resbaladizo para un candidato que buscaba tranquilidad. Como lo hará hoy a escasos metros, también en el PTA, el secretario regional del PP, Antonio Sanz, que se reunirá con el 'rival' de COAG: la organización Asaja. Un acto que tendrá lugar en el moderno edificio Citea.

Un emotivo acto en el Hotel Guadalete, ante unas 500 personas, puso ayer punto final a la estancia del presidente de la Junta en la ciudad. Un baño de masas para insuflar aire en la campaña a un Griñán que no pasa por su mejor momento. Y que suena ya demasiado a repetido, tras las múltiples citas electorales que han tenido lugar en los últimos meses.