El IBI de la Iglesia
Actualizado: GuardarEn esta situación de crisis los impuestos no aumentan por igual para todo el mundo. Se ha subido el IBI a buena parte de los propietarios de inmuebles de este país, pero, en cambio, ni un solo euro al mayor propietario de inmuebles que sigue gozando de exención fiscal. El Ayuntamiento de Madrid ha calculado que cada año, solo por este impuesto, deja de ingresar 94 millones de euros por la exención fiscal de la Iglesia. Consciente de esta realidad y como una vía para aumentar la recaudación en estos tiempos tan duros, el Gobierno italiano va a obligar a la Iglesia a pagar por todos los edificios que posee salvo los que se dediquen al culto. Los italianos pretenden recaudar por las universidades, colegios, y asociaciones católicas, pisos propiedad de la Iglesia alquilados a particulares, conventos transformados en hospedería, etc.
Muchos ayuntamientos han solicitado al Estado compensaciones de distinto tipo, como por insularidad, por soportar servidumbres militares en su término municipal, pero ninguno, hasta ahora, ha intentado que le resarzan por los impuestos dejados de ingresar por tener en su término edificaciones de la Iglesia. Pero resulta chocante que hasta edificios dedicados al culto son explotados económicamente por la Iglesia. La misma Catedral de Cádiz, que fue restaurada con una gran parte de fondos públicos tiene un aprovechamiento turístico, pero en cambio el municipio no recibe ni un solo euro por ello. Lo dejado de ingresar solo por IBI (la Iglesia tiene más exenciones fiscales) en España superaría los 2.000 millones de euros, que podría ser dedicado a atender muchos servicios sociales.
La pobreza en España aumenta, pero muchos privilegios de la Iglesia permanecen. Sólo algunas organizaciones como Cáritas, muestran el lado más amable de la solidaridad. Según su Secretario General, el 65 % de los necesitados que acuden a los servicios sociales de los ayuntamientos son derivados a Cáritas. El año pasado más de un millón y medio de personas han pedido en Cáritas ayudas para atender sus necesidades básicas como alimentación, vestido, pago del recibo de la luz o gas y el número se va incrementando. Ya se han recortado subvenciones a sindicatos y partidos políticos, que deberían autofinanciarse con sus cuotas ¿Cuándo le tocará a la Iglesia?