CHAPUZAS BALOMPÉDICAS

Que el fútbol español es una chapuza a nivel organizativo, es algo que hemos vivido una vez más esta semana. Resulta que tras unas desafortunadas declaraciones de Piqué, en las que reprochó que su expulsión ante el Sporting fue premeditada, el estamento arbitral denuncia al jugador y pide de oficio que sea sancionado. Es paradójico que los futbolistas o técnicos del Barcelona o Madrid se quejen de los arbitrajes, todos los aficionados sabemos que la mayoría de las veces los colegiados perjudican al más débil, no porque sean madridistas o culés, si no posiblemente porque saben que cuando se equivocan en una decisión que pueda perjudicar a uno de los grandes, esos errores son analizados durante toda la semana por los medios. Aún recuerdo cuando Iturralde nos pitó en Chapín ante el Getafe, y con un calamitoso arbitraje provocó nuestra derrota y la pérdida de tres puntos que tal vez nos hubiera dando la permanencia en Primera. ¿Pero a quién le preocupó aquella actuación?, a nadie, salvo a nosotros claro, pero si Iturralde hubiera tenido esa misma actuación pitando al Madrid o Barcelona y perjudicándole tal vez con la perdida de la Liga, todavía se estaría hablando del trencilla. Por otro lado, no se entiende que unas veces se actúe de oficio, en esta ocasión contra Piqué y no se haga por ejemplo con las continuas actuaciones de Pepe. Los señores del comité deben tener un único criterio y se actúa siempre o no se actúa nunca. Pero lo que no se puede entender, es la pataleta de los culés de no aparecer en la reunión donde se iba a decidir donde jugar la final de Copa. Parece que pese a ser un club centenario, sus dirigentes son unos niños y si no acepta lo que ellos quieren, se llevan el balón a su casa y ningún niño juega a la pelota, cómo cuando éramos críos, vamos. Claro que tampoco los dirigentes madridistas han quedado mucho mejor, buscando excusas para que esa final no se juegue en el Bernabéu. Deben tener mucho miedo de que el Barça pueda ganar la Copa en su estadio.