MUNDO

Las potencias volverán a negociar con Irán

El grupo 5+1 rompió el contacto con Teherán hace un año por la falta de avances sobre su programa nuclear EE UU, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania reanudan el diálogo para evitar la guerra

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Las principales potencias mundiales anunciaron ayer que volverán a negociar con Irán para intentar atajar las dudas sobre su controvertido programa nuclear. El grupo conocido como 5+1 -EE UU, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania- retomará el diálogo después de un intercambio de cartas con Teherán que ha reactivado las esperanzas de poder alcanzar un acuerdo. De momento, no hay fecha oficial ni lugar para los contactos, pero muchos creen que puede ser la última oportunidad para evitar la guerra. Israel, en lo que considera un acto de autoprotección, ya ha advertido de que podría recurrir a un ataque preventivo para evitar que la república islámica desarrolle la bomba atómica.

La jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, fue la encargada de desvelar el regreso a la mesa de diálogo. En calidad de representante del grupo 5+1, que engloba a los miembros del Consejo de Seguridad y Alemania, Ashton explicó que había respondido favorablemente a la última misiva de Teherán en la que remarcaba su disposición para negociar. «Esperamos que Irán entre ahora en un proceso sostenido de diálogo constructivo que ofrezca progresos tangibles», indicó. Ambas partes rompieron los contactos en enero del año pasado ante la falta de avances. En aquellas conversaciones, la república islámica ni siquiera accedió a hablar con cierta profundidad de su programa nuclear.

Ahora, sin embargo, se cree que hay nuevos elementos que pueden contribuir a desatascar la situación. Aunque en Bruselas las sensaciones no llegan a calificarse de optimistas, las esperanzas han vuelto a aflorar. Esta percepción se basa en que el jefe negociador iraní, Said Jalili, manifestó «un claro compromiso» por escrito con unas negociaciones en las que prometió introducir «nuevas iniciativas». Además, se destaca la unidad interna del 5+1, aunque en las últimas semanas Rusia -socio inicial de Teherán en su apuesta por la energía nuclear- había apremiado a retomar las negociaciones. Como tercer eje, se señala el impacto de las sanciones, especialmente el embargo petrolífero de la UE.

Recuperar la confianza

A este conjunto de cuestiones, se une sin duda la presión de Israel. Incluso, se ha especulado con la posibilidad de que el ataque se lleve a cabo en primavera. Este temor ha provocado una importante subida en los precios del petróleo que amenazaba con complicar todavía más la situación económica en la UE. Ayer, las tensiones se relajaron y el precio del barril de Brent cayó casi dos dólares hasta situarse en los 121,8. Pese al alivio de los mercados, las negociaciones no van ponerse en marcha con celeridad. En Bruselas, se descarta que los contactos puedan materializarse antes de final de mes por las celebraciones del año nuevo persa.

En su carta de respuesta a Teherán, Ashton sostiene que los primeros contactos deberían centrarse en reconstruir la «confianza» entre ambas partes. A partir de ahí, la estrategia pasaría por acordar «pasos concretos y prácticos». Aunque la jefa de la diplomacia comunitaria admite su disposición a «considerar propuestas» de interés para el régimen persa, insiste en que el objetivo final es asegurar «la naturaleza exclusivamente pacífica del programa nuclear respetando el derecho del país al uso de esta energía». La baronesa británica agrega que este proceso debe conducir a una aplicación total de las resoluciones del Consejo de Seguridad.

Pese a las presiones internacionales, Irán se ha negado en los últimos meses a facilitar las inspecciones de la Agencia Internacional de la Energía Atómica. Este organismo de la ONU difundió el año pasado un informe en el que, citando fuentes de inteligencia, se aseguraba que Teherán se acercaba a la bomba atómica. Esta conclusión procedía esencialmente de la construcción de una cámara especial para explosivos de elevada potencia en el complejo de Parchin, situado al sureste de la capital. El régimen, que se escuda en que las negociaciones deben avanzar primero en todos los frentes, se había negado hasta ahora a permitir la entrada de observadores internacionales en el enclave, pero ayer aceptó tal posibilidad bajo ciertas condiciones.