Miguel Zorío, a la izquierda, llega a los juzgados de Palma en compañía de su abogado. :: M. T. DÍEZ / EFE
ESPAÑA

«Urdangarin y Torres tenían la misma capacidad de decisión»

El empresario Zorío tira de la manta, matiza su declaración y sitúa al duque en todas las gestiones económicas de Nóos hasta 2008

PALMA DE MALLORCA. Actualizado: Guardar
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Serio golpe a la línea de flotación de la estrategia de defensa de Iñaki Urdangarin de desvincularse de la gestión económica de Nóos y cargar las culpas sobre su exsocio. El empresario valenciano Miguel Zorío, dueño de la firma Lobby Comunicación y uno de los consultores que durante más tiempo trabajó con Nóos, aseguró ayer ante el juez José Castro que en el instituto las decisiones en todos los aspectos, y por supuesto también en el económico, se tomaban al alimón entre los dos socios, el duque de Palma y Diego Torres.

Zorío, exvicepresidente del Valencia Club de Fútbol e imputado en este caso, no se anduvo con rodeos: «La relación de Lobby Comunicación con el Instituto Nóos fue siempre con Iñaki Urdangarin y Diego Torres. Ambos tenían la misma capacidad de decisión».

La declaración de Zorío, según fuentes del proceso, se consideraba clave para conocer el verdadero papel de Urdangarin en el instituto, ya que la consultora Lobby Comunicación fue entre 2005 y 2009 una de las principales colaboradoras de Nóos, hasta el punto de que llevó el gabinete de prensa de Valencia Summit, la comunicación de Nóos en la Comunidad Valenciana y la elaboración del proyecto de los frustrados Juegos Europeos para la Generalitat valenciana. Facturó unos 625.000 euros al instituto y encargó trabajos a Nóos por valor de 320.000.

El empresario no defraudó porque decidió tirar de la manta después de que el pasado 25 de febrero Urdangarin dijera que no sabía nada de las cuentas de los Juegos Europeos y culpara a Torres y al propio Zorío de haberse repartido a sus espaldas los beneficios de ese proyecto, por el que el dueño de Lobby Comunicación recibió unos 540.000 euros y Urdangarin se embolsó 325.000, aunque aquellos juegos nunca pasaron del papel.

Según Zorío, el duque estuvo en todas las reuniones sobre las 'euroolimpiadas', estaba al tanto de los acuerdos económicos, de los desembolsos que hacía la Generalitat y de las facturas millonarias e hinchadas que Nóos intentó endosar al Gobierno de Francisco Camps. De hecho, el consultor aseguró ante el magistrado que él negociaba «indistintamente» con el duque o con su socio de cualquier tema.

Y no solo eso, sino que Urdangarin, según su versión, siguió totalmente vinculado a Nóos «en todos los sentidos», incluido el económico, hasta mediados de 2008. Dio a entender que el yerno del Rey solo rompió con Torres entonces por las ya conocidas diferencias entre ambos y no porque la Casa Real se lo ordenara más de dos años antes.

Cuenta en Suiza

El exvicepresidente del Valencia Club de Fútbol también complicó al duque al vincularle con la famosa cuenta en Suiza que investiga Castro y cuyo número apareció en un 'post-it' escrito por la asistente personal de Urdangarin. Explicó que él estaba junto al directivo de Aguas de Valencia al que se remitió ese 'post-it' acompañado de dos contratos por los que el yerno del Rey se comprometía a participar en el proyecto de internacionalización de esa compañía. Zorío no llegó a afirmar que la cuenta de Credit Suisse fuera de Urdangarin, pero dijo que «aparentemente» era para hacer un ingreso a favor del duque.

Las revelaciones del consultor no quedaron ahí. A pregunta del juez desveló que el yerno del Rey le llamó el 22 de febrero, tres días antes de ser interrogado, para hablar del proceso, aunque negó que intentara cambiar o pactar su declaración.

Mario Pascual Vives, el letrado de Urdangarin, apenas quiso valorar las palabras de Zorío, quizás la persona que en más aprietos ha puesto a su cliente en sede judicial. «Todos son imputados y tienen sus propias versiones», apuntó tras escuchar al empresario.

Junto a Zorío declaró ayer el exdirector de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia José Manuel Aguilar, uno de los altos cargos que adjudicaron a Nóos los Valencia Summit en 2004, 2005 y 2006, por los que el instituto se embolsó 3,1 millones. Según Aguilar, él solo habló con Torres de las cifras y defendió la adjudicación a dedo por la «exclusividad» del proyecto, que pensó que ninguna otra firma podía llevar a cabo.